La vida de los jóvenes, y cada vez más niños, no se puede imaginar sin un dispositivo electrónico que les permita jugar en línea, navegar por Internet, utilizar la mensajería instantánea, conectarse a alguna de las redes sociales de moda, “twitear”, compartir música, videos, pensamientos y estados de ánimo.
En nuestro mundo de adultos, surgen interrogantes y preocupaciones sobre los usos que niños y adolescentes están haciendo de estas tecnologías y los riesgos a los que están expuestos, muchos de los cuales apenas conocemos. |