Vámonos a San Juanico donde se miran primores; ajolotes con anteojos, gallinas con chiqueadores.
A mí me dijo un grupo: vamos a tomar cerveza, cuando salieron dos chapulines con un buey en la cabeza.
El sapo se fue a la leña y trajo puras marañas; la sapita del coraje le chamuscó las pestañas.