Irene Martínez Zarandona

 

Sinopsis

La telenovela está basada en el género melodrama y tiene muchas de sus características: probablemente ésta es la base de su éxito, ya que sus temáticas giran alrededor de la vida emocional de sus personajes.

.....Son muchas las personas que diariamente pasan horas frente a su televisor y se vuelven verdaderos conocedores de las historias y las vicisitudes de los personajes. La telenovela es un fenómeno social intenso, complejo y polémico que en los últimos años ha llevado a estudiosos e investigadores a tratar de encontrar una explicación que lo abarque.

.....Aquí se propone un acercamiento al conocimiento de la telenovela desde la audiencia, concretamente esa teleaudiencia que cada día se sienta frente a la pantalla y que, por diversas razones aún desconocidas, disfruta de los melodramas. Personas de diversas edades, sexo, nivel socioeconómico y escolaridad, a los que llamaremos “telenoveleros”, que es un término que los define como personas que gustan de estas historias y son asiduos receptores del género.

.....La posible explicación de esta afición hay que buscarla en los principales elementos que caracterizan al melodrama, y por lo tanto a su representación cultural vigente más popular, la telenovela, como son: el maniqueísmo, el final feliz con el triunfo de la justicia y las temáticas referidas a las emociones.

.....Conocer el melodrama y su manifestación cultural en las telenovelas latinoamericanas no consiste solamente en desglosar sus elementos literarios y dramáticos de sus orígenes como género, como tampoco desenmascarar los procesos económicos y de mercadotecnia que han desatado, sino adentrarnos en los oscuros vericuetos de las emociones humanas e introducirnos en las raíces motivacionales que rigen las decisiones de sus seguidores.

.....Al receptor como ser humano hay que comprenderlo como una unidad: un ser completo biopsicosocial, condicionado por una familia y una cultura determinada, una historia de vida, experiencias emocionales vividas y conceptos aprendidos que son la matriz con la que juzga su circunstancia y se ubica en el mundo.

.....En esa búsqueda personal y en muchos aspectos inconsciente, las personas se relacionan con su medio tratando de hallar en éste, aquello que más necesitan. Los individuos efectúan acciones y buscan personas, objetos y alimentos incluidos los espirituales, para llenar esos huecos de insatisfacción que no han podido ser cubiertos hasta ese momento.

.....En el caso concreto que ahora nos ocupa, la telenovela, tiene características específicas para un público insatisfecho, al que le muestra una enorme gama de emociones, encajando perfectamente en la necesidad básica de todo ser humano de sentir, hablar y manejar su vida afectiva, y esto es probablemente lo que hace que sean tan vistas y comentadas. Vamos a enumerar algunos factores que las hacen tan atractivas.


1. Maniqueísmo. Polarización del bien y el mal

Es un rasgo evidente y característico del género melodrama la polarización del bien y del mal: el telenovelero no tiene que hacer muchos esfuerzos por detectar los rasgos de carácter de los personajes y lograr la identificación del problema. Esta situación le facilita las cosas, y en ello estriba uno de los grandes éxitos de la telenovela: aquí las cosas son evidentes y él sabe que al final los malvados recibirán su merecido castigo.

.....Prácticamente todas las situaciones giran alrededor de la vida afectiva: sentimientos de amores frustrados y tormentosos, o relaciones de odio, venganzas e intrigas. Circunstancias conflictivas que viven los personajes y que tienen los límites definidos entre lo que debe ser y lo que no debe ser, conforme a las leyes y reglas de una sociedad que tiende a ser conservadora y no intenta plantear cambios en sus estructuras.

.....Un aspecto clave es la definición de los personajes: los hay buenos y malos, nunca regulares, con magistral habilidad. Cada personaje es presentado con los rasgos físicos e idiosincráticos que van a caracterizarlo a lo largo de toda la telenovela. El telenovelero no se detiene a pensar en lo bueno de los malos o en lo malo de los buenos, ni en las razones íntimas de estos personajes, ni en las posibles causas de su conducta; simplemente proyecta sus enojos sobre los tiranos y se identifica con los personajes ideales y bondadosos.

.....Sobre estos conceptos del desarrollo humano, puede explicarse que el telenovelero encuentre cómoda esta polarización primitiva en los personajes. Así le es fácil la identificación, en contraste con obras literarias y dramáticas de contenido profundo, donde los personajes son mas humanos, es decir duales, con rasgos positivos y negativos, certeza que causa conflicto para poder aceptarlos.


2. Triunfo de la justicia

El triunfo de la justicia y la seguridad de un final feliz son dos elementos indispensables de la telenovela: no importan las tribulaciones ni las penalidades por las que pasan los protagonistas, al final serán premiados y su amor triunfará. Entonces, ¿qué caso tiene ver tantos problemas, si se sabe que al final triunfarán los buenos? ¿Por qué seguir una interminable trama de odios e intrigas, si con el tiempo el amor y la unión de la pareja triunfará y el castigo de los malvados llegará irremediablemente?

.....En el mundo infantil, la solución viene de un ser todopoderoso que siempre tiene una respuesta a los problemas: bien puede ser una explicación a esta faceta del melodrama que logra parejas felices y sólo acordes con los gustos y necesidades del sujeto, basada nuevamente en esa certidumbre que de fuera vendrá una solución que mágicamente pondrá todo nuevamente en su lugar.

.....Llamémosle destino, dios, madre, es un algo omnipotente que apoya lo bueno y premia; que deja libres a los seres humanos permitiéndoles su libre albedrío, la ejercitación del poder y las acciones que ellos gusten a su voluntad; pero que de desviarse el sujeto del buen camino y provocar desorden y caos, éste ser tendrá la posibilidad de establecer el orden y ofrecer un final feliz.

.....Ese sentir que el final será bueno deja una sensación de relajamiento intenso, de refugio cotidiano aunque breve, de esa realidad dolorosa y en ocasiones absurda de la vida, que no siempre premia y mucho menos asegura finales felices.


3. Énfasis en las emociones

Para que haya buenas historias deben presentarse problemas, si no hay conflicto desaparece el interés en la trama. En el caso del melodrama no puede ser cualquier conflicto: éstos deben girar alrededor de los sentimientos. Las historias incluyen a los personajes secundarios con situaciones problemáticas que los ponen a prueba, pero en el fondo de todo se encuentran los afectos, que redundan en el sufrimiento o goce emocional de estos seres.

.....Los estudiosos del género coinciden en que uno de los principales motivos del éxito del melodrama, es precisamente que trata sobre sentimientos, lo que gusta a los telenoveleros que viven, ríen y lloran con las vicisitudes de sus personajes favoritos. Esto es válido para las personas que se hallan en situaciones semejantes a los personajes, ya sea por edad, etapa de la vida o circunstancias, como para aquellas que viven de los recuerdos o las que por diversas razones se ven impedidas de vivir abiertamente sus emociones en la vida cotidiana, y gustan de mirar telenovelas porque en ellas se reconocen e identifican con personajes que habitan espacios donde pueden y se atreven a hablar de sus afectos.

.....Ver insaciablemente en las telenovelas el manejo de las emociones es un intento válido de repetir hasta que se comprenden las propias situaciones; o al menos viviendo y reviviendo las emociones de otros se tenga la posibilidad de poder elaborar las pérdidas afectivas que se han sufrido personalmente.

.....Los temas de la telenovela están enraizados en problemáticas humanas, situaciones que cotidianamente viven las familias: conflictos íntimos y reprimidos que no pueden manejarse y que, en la proyección de los personajes, el telenovelero comprende, justifica, e incluso aprende a manejar los propios.

.....Es importante mencionar que el género melodrama no toca ni los grandes temas sociales ni aspectos filosóficos profundos: el rango de sus temáticas está en la línea de los conflictos sentimentales humanos. Esto alivia al telenovelero, que en su vida adulta se ve obligado a pararse sobre sus propios pies y encuentra en la telenovela el refugio que lo releva de esa carga de tener que ser él mismo y cumplir con sus obligaciones, a pesar de la sensación de orfandad y soledad. La telenovela lo protege aunque sea por una hora de la realidad, que exige un esfuerzo si se quiere alcanzar el éxito y le deja sentir que al final todo saldrá bien y la confianza al menos en esta ocasión no se verá frustrada.

.....La identificación, vale reiterarlo, no sólo es con el protagonista bueno sino también con el villano, que tiene gran iniciativa y se atreve a actuar, a buscar y luchar por aquello que desea sin importarle los sentimientos ajenos y además lo hace sin culpa ni vergüenza. Esto permite que el telenovelero canalice sus propios deseos de ser como el malvado, que no le interesa nada más que su propio beneficio, proyectando en el personaje sus mismas tendencias pero sin los sentimientos de culpa y el sentido del deber que en la vida real no le permiten actuar abiertamente. Así puede proyectar sus temores a ser despreciable, de ser como el villano y obtener lo que anhela impunemente.

.....Un tema especialmente importante en las telenovelas es el sueño de ser atractivo y despertar afecto; ésta es una de las principales proyecciones del telenovelero hacia los protagonistas de la obra, una forma de soñar despierto, que tiene sus raíces más profundas en el manejo de la sexualidad que se hace en estas historias; tópico que ha logrado abrirse paso a lo largo del tiempo volviéndose cada vez más explícito, al unísono de la sociedad que se ha mostrado más abierta a ver y tratar este tipo de temáticas.

.....También es necesario mencionar aquellas temáticas que el melodrama no trata y que evidentemente son esenciales en la vida social de las personas y los pueblos, temas conectados con cuestionamientos de tipo filosófico, ético, de trascendencia y asuntos ligados con la ideología, la política y la economía, entre otros. No es mera casualidad, sino que esto tiene un fondo psicológico importante que se liga con el gusto que los telenoveleros tienen con el melodrama.

.....Entre los temas no tratados se encuentran asuntos referidos a la productividad de las personas. La laboriosidad no es asunto de una telenovela: a los personajes generalmente no se les ve trabajar; cuando mucho se les observa en los centros de trabajo conversando con sus compañeros y a los ricos en sus grandes y lujosos despachos dando órdenes a sus empleados, pero poco se ve trabajar y lograr con esfuerzo una meta; esas historias pertenecen a otro género definitivamente.

.....Problemas de discriminación racial no son tratados abiertamente o vistos como problemas en sí mismos, aunque evidentemente las telenovelas están plagadas de estereotipos y pueden encontrarse múltiples ejemplos discriminatorios como la aparición de personajes con rasgos indígenas en papeles de criados, choferes, o delincuentes, y rara vez en puestos de poder; los protagonistas generalmente son de raza blanca, muchas veces rubios, situación que no es la común entre los pueblos latinoamericanos.

.....No se trata la posibilidad de creatividad y generación de propuestas renovadoras para lograr cambios sociales, ni la integridad y coherencia entre el ser y el actuar especialmente en el ámbito político y social, ni la responsabilidad ante las propias decisiones, todos estos definitivamente no son temas de las telenovelas.

.....En conclusión la telenovela es un género que satisface, realiza, canaliza emociones, permite la descarga de afectos, entretiene, enseña, moldea conductas: es un género que ofrece a la audiencia lo que pide y de alguna manera necesita.



Bibliografía:

González, Jorge, “La cofradía de las emociones interminables”, en Culturas Contemporáneas, No. 4-5, Universidad de Colima, Colima, México, 1988, pp. 13-65.

Lizaur de, Blanca, “La telenovela como melodrama y su aprovechamiento pedagógico”, en Curso uso pedagógico de la televisión, Antología, Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, ILCE, México, D.F., 1999.

Martínez Zarandona, Irene, “Telenovelas y telenoveleros”, en Revista de Comunicación, año 13, núm. 67, México, D.F., 2000.

Torres Aguilera, Francisco Javier “Telenovelas, televisión y comunicación”, Ediciones Coyoacán, México, D.F., 1994, p.17.