Sinopsis
La
telenovela está basada en el género melodrama y tiene
muchas de sus características: probablemente ésta es la
base de su éxito, ya que sus temáticas giran alrededor
de la vida emocional de sus personajes.
.....Son
muchas las personas que diariamente pasan horas frente a su televisor
y se vuelven verdaderos conocedores de las historias y las vicisitudes
de los personajes. La telenovela es un fenómeno social intenso,
complejo y polémico que en los últimos años ha
llevado a estudiosos e investigadores a tratar de encontrar una explicación
que lo abarque.
.....Aquí
se propone un acercamiento al conocimiento de la telenovela desde la
audiencia, concretamente esa teleaudiencia que cada día se sienta
frente a la pantalla y que, por diversas razones aún desconocidas,
disfruta de los melodramas. Personas de diversas edades, sexo, nivel
socioeconómico y escolaridad, a los que llamaremos “telenoveleros”,
que es un término que los define como personas que gustan de
estas historias y son asiduos receptores del género.
.....La
posible explicación de esta afición hay que buscarla en
los principales elementos que caracterizan al melodrama, y por lo tanto
a su representación cultural vigente más popular, la telenovela,
como son: el maniqueísmo, el final feliz con el triunfo de la
justicia y las temáticas referidas a las emociones.
.....Conocer
el melodrama y su manifestación cultural en las telenovelas latinoamericanas
no consiste solamente en desglosar sus elementos literarios y dramáticos
de sus orígenes como género, como tampoco desenmascarar
los procesos económicos y de mercadotecnia que han desatado,
sino adentrarnos en los oscuros vericuetos de las emociones humanas
e introducirnos en las raíces motivacionales que rigen las decisiones
de sus seguidores.
.....Al
receptor como ser humano hay que comprenderlo como una unidad: un ser
completo biopsicosocial, condicionado por una familia y una cultura
determinada, una historia de vida, experiencias emocionales vividas
y conceptos aprendidos que son la matriz con la que juzga su circunstancia
y se ubica en el mundo.
.....En
esa búsqueda personal y en muchos aspectos inconsciente, las
personas se relacionan con su medio tratando de hallar en éste,
aquello que más necesitan. Los individuos efectúan acciones
y buscan personas, objetos y alimentos incluidos los espirituales, para
llenar esos huecos de insatisfacción que no han podido ser cubiertos
hasta ese momento.
.....En
el caso concreto que ahora nos ocupa, la telenovela, tiene características
específicas para un público insatisfecho, al que le muestra
una enorme gama de emociones, encajando perfectamente en la necesidad
básica de todo ser humano de sentir, hablar y manejar su vida
afectiva, y esto es probablemente lo que hace que sean tan vistas y
comentadas. Vamos a enumerar algunos factores que las hacen tan atractivas.
1.
Maniqueísmo. Polarización del bien y el mal
Es un rasgo
evidente y característico del género melodrama la polarización
del bien y del mal: el telenovelero no tiene que hacer muchos esfuerzos
por detectar los rasgos de carácter de los personajes y lograr
la identificación del problema. Esta situación le facilita
las cosas, y en ello estriba uno de los grandes éxitos de la
telenovela: aquí las cosas son evidentes y él sabe que
al final los malvados recibirán su merecido castigo.
.....Prácticamente
todas las situaciones giran alrededor de la vida afectiva: sentimientos
de amores frustrados y tormentosos, o relaciones de odio, venganzas
e intrigas. Circunstancias conflictivas que viven los personajes y que
tienen los límites definidos entre lo que debe ser y lo que no
debe ser, conforme a las leyes y reglas de una sociedad que tiende a
ser conservadora y no intenta plantear cambios en sus estructuras.
.....Un
aspecto clave es la definición de los personajes: los hay buenos
y malos, nunca regulares, con magistral habilidad. Cada personaje es
presentado con los rasgos físicos e idiosincráticos que
van a caracterizarlo a lo largo de toda la telenovela. El telenovelero
no se detiene a pensar en lo bueno de los malos o en lo malo de los
buenos, ni en las razones íntimas de estos personajes, ni en
las posibles causas de su conducta; simplemente proyecta sus enojos
sobre los tiranos y se identifica con los personajes ideales y bondadosos.
.....Sobre
estos conceptos del desarrollo humano, puede explicarse que el telenovelero
encuentre cómoda esta polarización primitiva en los personajes.
Así le es fácil la identificación, en contraste
con obras literarias y dramáticas de contenido profundo, donde
los personajes son mas humanos, es decir duales, con rasgos positivos
y negativos, certeza que causa conflicto para poder aceptarlos.
2.
Triunfo de la justicia
El triunfo
de la justicia y la seguridad de un final feliz son dos elementos indispensables
de la telenovela: no importan las tribulaciones ni las penalidades por
las que pasan los protagonistas, al final serán premiados y su
amor triunfará. Entonces, ¿qué caso tiene ver tantos
problemas, si se sabe que al final triunfarán los buenos? ¿Por
qué seguir una interminable trama de odios e intrigas, si con
el tiempo el amor y la unión de la pareja triunfará y
el castigo de los malvados llegará irremediablemente?
.....En
el mundo infantil, la solución viene de un ser todopoderoso que
siempre tiene una respuesta a los problemas: bien puede ser una explicación
a esta faceta del melodrama que logra parejas felices y sólo
acordes con los gustos y necesidades del sujeto, basada nuevamente en
esa certidumbre que de fuera vendrá una solución que mágicamente
pondrá todo nuevamente en su lugar.
.....Llamémosle
destino, dios, madre, es un algo omnipotente que apoya lo bueno y premia;
que deja libres a los seres humanos permitiéndoles su libre albedrío,
la ejercitación del poder y las acciones que ellos gusten a su
voluntad; pero que de desviarse el sujeto del buen camino y provocar
desorden y caos, éste ser tendrá la posibilidad de establecer
el orden y ofrecer un final feliz.
.....Ese
sentir que el final será bueno deja una sensación de relajamiento
intenso, de refugio cotidiano aunque breve, de esa realidad dolorosa
y en ocasiones absurda de la vida, que no siempre premia y mucho menos
asegura finales felices.
3. Énfasis en las emociones
Para que
haya buenas historias deben presentarse problemas, si no hay conflicto
desaparece el interés en la trama. En el caso del melodrama no
puede ser cualquier conflicto: éstos deben girar alrededor de
los sentimientos. Las historias incluyen a los personajes secundarios
con situaciones problemáticas que los ponen a prueba, pero en
el fondo de todo se encuentran los afectos, que redundan en el sufrimiento
o goce emocional de estos seres.
.....Los
estudiosos del género coinciden en que uno de los principales
motivos del éxito del melodrama, es precisamente que trata sobre
sentimientos, lo que gusta a los telenoveleros que viven, ríen
y lloran con las vicisitudes de sus personajes favoritos. Esto es válido
para las personas que se hallan en situaciones semejantes a los personajes,
ya sea por edad, etapa de la vida o circunstancias, como para aquellas
que viven de los recuerdos o las que por diversas razones se ven impedidas
de vivir abiertamente sus emociones en la vida cotidiana, y gustan de
mirar telenovelas porque en ellas se reconocen e identifican con personajes
que habitan espacios donde pueden y se atreven a hablar de sus afectos.
.....Ver
insaciablemente en las telenovelas el manejo de las emociones es un
intento válido de repetir hasta que se comprenden las propias
situaciones; o al menos viviendo y reviviendo las emociones de otros
se tenga la posibilidad de poder elaborar las pérdidas afectivas
que se han sufrido personalmente.
.....Los
temas de la telenovela están enraizados en problemáticas
humanas, situaciones que cotidianamente viven las familias: conflictos
íntimos y reprimidos que no pueden manejarse y que, en la proyección
de los personajes, el telenovelero comprende, justifica, e incluso aprende
a manejar los propios.
.....Es
importante mencionar que el género melodrama no toca ni los grandes
temas sociales ni aspectos filosóficos profundos: el rango de
sus temáticas está en la línea de los conflictos
sentimentales humanos. Esto alivia al telenovelero, que en su vida adulta
se ve obligado a pararse sobre sus propios pies y encuentra en la telenovela
el refugio que lo releva de esa carga de tener que ser él mismo
y cumplir con sus obligaciones, a pesar de la sensación de orfandad
y soledad. La telenovela lo protege aunque sea por una hora de la realidad,
que exige un esfuerzo si se quiere alcanzar el éxito y le deja
sentir que al final todo saldrá bien y la confianza al menos
en esta ocasión no se verá frustrada.
.....La
identificación, vale reiterarlo, no sólo es con el protagonista
bueno sino también con el villano, que tiene gran iniciativa
y se atreve a actuar, a buscar y luchar por aquello que desea sin importarle
los sentimientos ajenos y además lo hace sin culpa ni vergüenza.
Esto permite que el telenovelero canalice sus propios deseos de ser
como el malvado, que no le interesa nada más que su propio beneficio,
proyectando en el personaje sus mismas tendencias pero sin los sentimientos
de culpa y el sentido del deber que en la vida real no le permiten actuar
abiertamente. Así puede proyectar sus temores a ser despreciable,
de ser como el villano y obtener lo que anhela impunemente.
.....Un
tema especialmente importante en las telenovelas es el sueño
de ser atractivo y despertar afecto; ésta es una de las principales
proyecciones del telenovelero hacia los protagonistas de la obra, una
forma de soñar despierto, que tiene sus raíces más
profundas en el manejo de la sexualidad que se hace en estas historias;
tópico que ha logrado abrirse paso a lo largo del tiempo volviéndose
cada vez más explícito, al unísono de la sociedad
que se ha mostrado más abierta a ver y tratar este tipo de temáticas.
.....También
es necesario mencionar aquellas temáticas que el melodrama no
trata y que evidentemente son esenciales en la vida social de las personas
y los pueblos, temas conectados con cuestionamientos de tipo filosófico,
ético, de trascendencia y asuntos ligados con la ideología,
la política y la economía, entre otros. No es mera casualidad,
sino que esto tiene un fondo psicológico importante que se liga
con el gusto que los telenoveleros tienen con el melodrama.
.....Entre
los temas no tratados se encuentran asuntos referidos a la productividad
de las personas. La laboriosidad no es asunto de una telenovela: a los
personajes generalmente no se les ve trabajar; cuando mucho se les observa
en los centros de trabajo conversando con sus compañeros y a
los ricos en sus grandes y lujosos despachos dando órdenes a
sus empleados, pero poco se ve trabajar y lograr con esfuerzo una meta;
esas historias pertenecen a otro género definitivamente.
.....Problemas
de discriminación racial no son tratados abiertamente o vistos
como problemas en sí mismos, aunque evidentemente las telenovelas
están plagadas de estereotipos y pueden encontrarse múltiples
ejemplos discriminatorios como la aparición de personajes con
rasgos indígenas en papeles de criados, choferes, o delincuentes,
y rara vez en puestos de poder; los protagonistas generalmente son de
raza blanca, muchas veces rubios, situación que no es la común
entre los pueblos latinoamericanos.
.....No
se trata la posibilidad de creatividad y generación de propuestas
renovadoras para lograr cambios sociales, ni la integridad y coherencia
entre el ser y el actuar especialmente en el ámbito político
y social, ni la responsabilidad ante las propias decisiones, todos estos
definitivamente no son temas de las telenovelas.
.....En
conclusión la telenovela es un género que satisface, realiza,
canaliza emociones, permite la descarga de afectos, entretiene, enseña,
moldea conductas: es un género que ofrece a la audiencia lo que
pide y de alguna manera necesita.
Bibliografía:
González,
Jorge, “La cofradía de las emociones interminables”,
en Culturas Contemporáneas, No. 4-5, Universidad de
Colima, Colima, México, 1988, pp. 13-65.
Lizaur
de, Blanca, “La telenovela como melodrama y su aprovechamiento
pedagógico”, en Curso uso pedagógico de la
televisión, Antología, Instituto Latinoamericano
de la Comunicación Educativa, ILCE, México, D.F., 1999.
Martínez
Zarandona, Irene, “Telenovelas y telenoveleros”, en Revista
de Comunicación, año 13, núm. 67, México,
D.F., 2000.
Torres
Aguilera, Francisco Javier “Telenovelas, televisión
y comunicación”, Ediciones Coyoacán, México,
D.F., 1994, p.17.