Alternativa
Si en casa cada uno separa y clasifica los desperdicios para mandarlos al reciclaje industrial, se elimina gran parte de la función de los tiraderos de basura. ¡Y se estará ayudando a mejorar las precarias condiciones del medio ambiente!

Los productos separados, además podrían venderse o acumularse en centros de acopio vecinales para su posterior reutilización industrial.

Los beneficios de su venta pueden ser muy modestos, pero si se reúnen en un centro de acopio organizado por todos los vecinos, pueden ser esos beneficios mucho mejores y destinarse para obras sociales del grupo vecinal. Hemos conocido grupos de vecinos organizados para el efecto, de tal forma que en unidades habitacionales y en condominios, muchos gastos para mantenimiento de los edificios y remodelación de jardines y áreas de juego, han salido de la venta de periódicos viejos y envases de plástico.

Sin embargo, lo más importante de todo no es la obtención de un beneficio material, sino que representa el mejor uso de los recursos renovables del planeta, para la salud del medio ambiente. Una tonelada de polietileno reciclado de las bolsas de plástico representa 16.5 toneladas de petróleo ahorrado. La confección de 19 mil cuadernos para la escuela requiere de 4.5 m cúbicos de madera. Si se hacen todos los cuadernos con papel reciclado, cada año escolar se estaría salvando un bosque entero.

El reciclaje casero de los desperdicios, podría representar una solución a lo que es una tremenda amenaza para el medio ambiente.
 

LA ECOLOGIA DOMESTICA PROPICIA EL USO INTELIGENTE DE LOS RECURSOS

Todos los días se tiran a la basura 100 mil kilos de tortilla, 75 mil kilos de pan, 35 mil de frijoles, 30 mil de arroz, además de las cáscaras y partes de frutas, así como verduras, cuyo dispendio diario no ha sido calculado, pero todo lo cual tiene un alto valor alimenticio. En otras palabras, nuestra comida se va a la basura. Comida que es nutritiva, sabrosa, que nos ha costado muy cara, y que, además, en ese estado de basura, se vuelve inútil y contaminante.

Con las tortillas que se han ido quedando de días anteriores se pueden preparar tamales, gorditas, charritos, pinole, sopa aguada, chilaquiles y tostadas, con los complementos usuales (pollo, atún, papas fritas con chorizo, crema y otros). La Fundación Friedrich Ebert, publicó un folleto de Rocío López de Juambelz, doctora en ecología doméstica, de donde entre sacamos las siguientes sugerencias para reutilizar las tortillas viejas.

Pinolli (pinole):
Este dulce antiquísimo se prepara con 10 tortillas duras, azúcar y canela al gusto. Las tortillas se doran en un comal, sin que se quemen, después se muelen en un metate o en licuadora, junto con los otros ingredientes.

Tlaxkalzol tamalli:

Se necesitan

• 32 tortillas viejas,
• 300 gramos de manteca,
• 1/8 de litro de cocimiento de tequezquite,
• 250 g de queso Oaxaca,
• epazote y chiles cuaresmeños en rajas al gusto,
• 1/4 l de caldo,
• 15 hojas de acelga
• 15 cáscaras de tomate verde.

Se ponen a remojar las tortillas. Ya que se han ablandado, se escurre el agua y se desbaratan con la mano hasta lograr una masa. Por separado se bate la manteca hasta que blanqueé. Se le agrega la masa de la tortilla, el cocimiento de tequezquite, la sal y el caldo necesario para formar una masa suave. Las hojas de acelga, una vez lavadas y cortados los rabos, se ablandan pasándolas por agua caliente. Sobre la hoja de acelga, se extiende una cucharada de masa. Se le pone en el centro un trozo de queso, una hojita de epazote y una raja de cuaresmeño. Se doblan las hojas y se acomodan en la olla. Se cuecen a vapor durante una hora.

El cocimiento de tequezquite se prepara de la siguiente manera:
se reúne 1/4 de litro de agua, 15 gramos de tequesquite y 15 cáscaras de tomate.
Se pone al fuego hasta que suelte el hervor y se retira.
Se deja enfriar antes de agregar la masa.

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