Texto: Diana Sheinbaum
Diseño gráfico: Nora Espino

 

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Mapa de Upsala, ca. 1555

Este plano representa la ciudad de México con sus alrededores. En la parte central de la imagen se muestra la traza de la ciudad con los edificios alineados en las calles rectas, las manzanas bien conformadas y las casas de los conquistadores y primeros pobladores con las formas de los edificios europeos. En la periferia se pueden observar los asentamientos indígenas distribuidos desordenadamente en el territorio y a sus pobladores desarrollando actividades cotidianas como la caza y la pesca.

 

 

Arquitectura:
una ventana al pasado

Tal vez le resulte disparatado pensar en la arquitecturaLa arquitectura es uno de tantos términos que se ha llenado de distintos significados. Según la Real Academia Española, se define como el arte de proyectar y construir edificios. Sin embargo, esta primera acepción se refiere únicamente a la disciplina, es decir, a la ciencia y arte de pensar y crear espacios habitables. Existen, no obstante, otras formas de utilizar esta palabra. Por ejemplo, cuando hablamos de la   “la arquitectura de Aldo Rossi” estamos aludiendo a su estilo y manera particular de “hacer arquitectura” o, al producto de dicho hacer, es decir, a sus obras arquitectónicas. Por lo anterior, la arquitectura puede ser entendida como disciplina, actividad y obra, dependiendo del contexto en el cual sea empleado el término. como una ventana, pero lo cierto es que ésta, como todas las creaciones humanas, pueden ser entendidas como elementos desde los cuales se abre un amplio panorama que nos permite contemplar y reflexionar sobre las condiciones socioculturales de las que surgen. Por ello, tratar de comprender cómo se ha hecho la arquitectura mexicana en distintos periodos puede darnos pistas importantes sobre nuestro pasado. Las casas de la ciudad de México construidas a lo largo de la historia en el territorio que hoy ocupa nuestro país —ya sea en la época prehispánica, durante la Colonia, el siglo XIX o el XX— constituyen no sólo testimonios de los gustos arquitectónicos, sino sobre todo son huellas a través de las cuales es posible analizar las formas de vida de las sociedades que nos han precedido.

 

 

Las casas-fortaleza
del siglo XVI

 

Plaza Mayor, 1662-1666

En este plano fechado en la segunda mitad del siglo XVI se observa el área de la Plaza Mayor de la ciudad de México y los edificios principales que la rodearon en los cuales se puede apreciar las estrechas similitudes que presentan con las fortalezas y castillos medievales.

 

En 1521, cuando Hernán Cortés decidió reconstruir la ciudad de Tenochtitlán para hacerla capital de la Nueva España, encargó su trazo a Alonso García Bravo. La ciudad trazada sobre las ruinas de la vencida capital mexica estaba conformada por una retícula de calles con un diseño similar al de un tablero de damas o de ajedrezEste trazo se conoce como trazado en damero. ;
ésta fue el área que se reservó para la ocupación de los españoles y constituía lo que se consideraba la ciudad.

Alrededor de este cuadrángulo se localizaban las zonas habitacionales destinadas a los indígenas, las cuales correspondían a los antiguos barrios prehispánicos: Zoquipan, Moyotlán, Cuepopan y Atzacualco. Estos barrios continuaron en su mismo sitio pero sus centros ceremoniales fueron sustituidos por parroquias y se les antepusieron nombres cristianos: San Pablo, San Juan, Santa María la Redonda y San Sebastián, respectivamente.1

    En los barrios de indios, las pobres chozas y casuchas se distribuían desordenadamente entre las polvaredas de invierno y los lodazales del verano. Frente a esta desorganización, en la zona de españoles se erigieron hermosos edificios y amplias plazas alrededor de las cuales se desarrollaron las viviendas de los conquistadores, quienes competían con los primeros comerciantes y médicos que llegaban a establecerse a la Nueva España, en la construcción de grandes residencias para demostrar su nueva posición social y riqueza.

    Las circunstancias sociales, políticas y militares imperantes en la ciudad de México durante los primeros años de la época colonial determinaron los estilos con las cuales se construían las casas. Los primeros edificios habitacionales que se edificaron allí, de los cuales no se conserva ninguno, fueron las denominadas casas-fortaleza. Estas construcciones contaban generalmente con dos niveles, puertas de madera, ventanas angostas, almenas, escudos y puentes levadizos. Su severo aspecto de fortaleza era necesario en una ciudad que había sido la capital de un poderoso imperio del cual no podía tenerse certeza de su total vencimiento. Así su aspecto militar respondía al temor de los españoles de sufrir un ataque de los indígenas vencidos, una población muy numerosa en relación con los conquistadores y que aún podía sublevarse y hostigar a la ciudad que conservaba todavía para los mexicas un significado como antigua capital.2



1 Manuel Sanchez de Carmona: Traza y Plaza de la Ciudad de México en el siglo XVI, México, UAM- Azcapotzalco/Tilde, 1989, p.67.

2 Enrique Ayala Alonso: La casa de la ciudad de México. Evolución y transformaciones, México, CONACULTA, 1996, p.39.

 

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