Nombre de la roca, mineral  o piedra

Piedra rosa ( la piedra de cantera denominada como piedra pómez, tobas  riolíticas o riolita)

Tipo básico

Ígnea Rocas eruptivas o ígneas

Grupo

Silicatos

Sistema  cristalino  / Estructura

Estructura heterogénea

Composición  química

El término de tobas riolíticas proviene de su composición minerológica y de la similitud química que contienen las lavas riolíticas. Estas presentan un alto contenido de cuarzo, y su composición es similar a la del granito. Sílice, óxido de hierro, carbonatos, cuarzo.

Características

Por sus características petrográficas, el término más preciso corresponde al de una ignimbrita y mejor aún el de una ignimbrita ríolítica.

Formación u origen

Estas rocas son de origen volcánico, o mejor aun exhalaciones producidas por la dinámica interna de los volcanes, estas expresiones de la naturaleza pueden llegar a grados de violencia tal que dichas cenizas pueden ser arrojadas a distancias del orden de kilómetros, diseminándose en áreas contiguas al aparato volcánico y ocasionalmente sujeto al capricho del viento.

Una vez depositada esta mezcla de partículas enfriadas puede formar acumulaciones de varios cientos de metros, puede variar su función variables, tales como la topografía del terreno y consistencia de la masa de ceniza. De manera más formal podemos decir que es posible determinar la fuente que ha originado algún depósito, esto lo hacen los vulcanólogos, hacen estudios de granulometría es decir características del grano que conforman la ceniza volcánica y fragmentos líticos incluidos en las nubes de partículas que generan tales explosiones.

Dureza

4

Textura

Porfídica

Densidad

21.4gr/cm3

Color

El color de las tobas riolíticas al igual que su composición lítica son bastante heterogéneos, esto se debe principalmente a la mineralogía y a la naturaleza de su origen.

En el caso particular de las ignimbritas de Morelia, de acuerdo a su mineralogía podemos decir que el contenido de pómez blanca le confiere un color rosáceo, esto va íntimamente relacionado con la resistencia del material ya que los fragmentos de pómez la alteran haciéndola susceptibles de ser atacada por factores medio-ambientales, por otro lado algunas variedades rosa con menor contenido de pómez son bastante compactas, y una considerable proporción de minerales de hierro y feldespato, lo que es la principal causa de que adquiera su color rosáceo característico.

Tiene además mayor abundancia de minerales de cuarzo, lo cual lo hace más resistente, es importante mencionar que en este sentido tiene mucho que ver el grado de soldamiento con que se adhieren entre sí las partículas, por lo tanto de mejor calidad para la construcción de muros, pisos y cimientos.

Otro factor que determina hasta cierto punto la coloración es la temperatura, a la cual los clastos (fragmentos) se sueldan entre si al momento de precipitarse y depositarse. La encontramos del color más oscuro al más claro vino rosado a un beige)

Brillo

Es opaco

Propiedades

No brilla, alta porosidad y gran variedad de tonos 

Usos

El uso de la piedra de cantera fue muy amplio en el México Prehispánico, un claro ejemplo se puede observar en los monolitos procedentes de Tiristán, localidad ubicada en el noroeste del cerro de Quinceo, además de un par de almenas y una piedra cosmogónica, que se encuentra en exhibición en la Sección de Arqueología del Museo del Estado de Michoacán.

El empleo en la construcción de estas rocas, como ya se mencionó anteriormente, es su dureza, ya que ésta va a determinar el uso que se le puede dar, por ejemplo, las características mecánicas que presentan las rocas indicaran los parámetros específicos para el uso  estructural o bien ornamental. Para el caso de las canteras de Morelia, las variedades grisáceas presentan características físicas más modestas que el resto, estas provienen generalmente de la cantera de Jamaica, esto se observa en su mayor facilidad para esculpirlas, cosa contraria sucede con la variedad rosa púrpura y amarilla bandeada, que han sido empleado en el mayor de los casos como elementos estructurales, muros de carga, columnas, capiteles, cornisas; así como elementos que se encuentran a la intemperie como gárgolas, pisos, balcones, etc. Para construir  cimientos, artículos de tipo órname (columnas, fuentes, adoquines, esculturas, etc.) principalmente  de tipo residencial.

El  uso de ciertas rocas va a depender de la abundancia de las mismas, los yacimientos de tobas ríolíticas no están restringidos en la región de Morelia, si que son muy abundantes, sobre todo en las zonas que tienen como característica la actividad volcánica y más aún en el estado de Michoacán que forma parte del Cinturón Volcánico Transmexicano.

Observaciones particulares

La cantera es el nombre que se utiliza comúnmente para denominar a las piedras de los edificios de la ciudad de Morelia; sin embargo, el nombre en sí indica el lugar de donde se extrae la roca, por lo tanto cabe aclarar que existen canteras de mármol, yeso, granito, basalto, etc. Por esa razón llamaremos a nuestras piedras rosas como piedra de cantera. Otro aspecto importante que debe tomarse en consideración es la capacidad de absorción del agua, si consideramos que una roca que tenga baja absorción de elementos expuestos a la intemperie, aunque debe cumplir con las demás características físico-mecánicas que deben tener las rocas para ese afecto.

Con base en el estudio sobre las ignimbritas de la región de Morelia, se han caracterizado tres localidades dentro de dicha formación, cada una característica mecánica diferentes, lo que hace que su uso sea apropiado para fines distintos, así la cantera

El  Tejocote presenta mejores propiedades físicas y mecánicas que la de Cointzio y Jamaica, teniendo éstas a su vez, variaciones en sus características.

Bibliografía y/o fuentes de información

Internet, enciclopedias, diccionarios, CD La Tierra, entrevista a un ingeniero en  mineralogía, video, visita el Museo de Antropología de Morelia, Investigación realizada por la Universidad de San Nicolás de Hidalgo.

Gráfico del metal o Piedra

Leyenda y/o historia

UN ROBO EN LA CATEDRAL
Lomas de Santa María.

EN UN CUADERNO VIEJO me hallé el siguiente relato: Hace muchos años que buscando antigüedades de los indios en las laderas en la loma de Santa que buscando antigüedades de los indios en las laderas en la loma de Santa María, que según dicen, servían de asiento al pueblo tarasco del Aguacate, cuando aún las lomas de Guayangareo estaban despobladas, encontré medio oculta por espesos matorrales una piedra laja muy grande y bien escuadrada.

El Sol transponía en esos momentos las azules montañas del ocaso tiñendo de oro y grana las nubes que flotaban en el cielo tenuemente azul. Por tanto no quise explorar el sitio, pues de allí a poco cerraría la noche y no contaría más que con la dudosa luz de las estrellas.

Volví a cubrir con zarzas la laja para que no llamara la atención de otro y me alejé sumido en las más extrañas conjeturas. "¿Si será algún tesoro? "¿Qué significa una laja escuadrada a propósito y colocada en una abertura de la misma forma en la cantera? Indudablemente que allí hubo un escondite. "¿Nadie más que yo lo habrá visto? Y si lo han visto, de seguro que lo han explorado ya. "¿Qué se habrán hallado en él? Un tesoro de esos que se ocultaron en la guerra de Independencia "¿Será algún sepulcro? Porque la forma alargada de la piedra así lo revela. "¿Estarán allí reposando los huesos calcinados de algún cacique? ¿Será quizá la entrada de algún subterráneo, de esos que hay en casi todas las ciudades españolas de los pasados siglos?

Esto iba yo pensando mientras cruzaba a lo largo de la calzada de Santa Catarina, iluminada con esa luz violeta del crepúsculo que se filtra penosamente por entre las ramas de los árboles.

Al día siguiente, por la tarde, armado de mi respectiva barreta para cavar y palanquear, emprendí la marcha por sendas extraviadas hacia el lugar del hallazgo. El Sol era espléndido, como que era el Sol de otoño en que ya no hay temor de inesperada lluvia. Aparté las zarzas que había puesto, miré en torno mío por ver si alguien me observaba y comencé a cavar por los lados de la piedra para aflojarla. Ya había yo puesto la barreta sobre una piedra, metida una de sus puntas debajo de ella en forma de palanca, cuando un viejecito que traía un morral terciado en el hombro y un largo bastón en la mano, me dijo sorprendiéndome:

-"¿Qué busca usted aquí, joven?

- Diga usted, viejecito, a punto fijo no sé lo que busco. He visto entre estos espesos matorrales esta piedra misteriosa y me ha venido en gana de levantarla para ver que hay debajo.

-Pues si usted desea saber lo que es esto, yo se lo diré.

-Con mucho gusto, pero quisiera yo ver por mi mismo lo que haya debajo.

-Haga usted lo que guste y después si me da una limosna le contaré punto por punto lo que oí decir a mi padre, que era como yo de estos andurriales.

Seguí forcejeando hasta levantar la piedra y echarla a un lado, lo cual conseguido apareció un socavón oscuro y húmedo.

-Esta es la cueva - exclamó el viejecito- por donde robaban en tiempo muy remoto a la catedral. Esta cueva camina muy honda por debajo de tierra, atravesando este valle y los barrios del sur de Morelia hasta llegar al cuarto donde los canónigos tenían el dinero. Este se encontraba en una especie de estanque de mampostería tapado con una gruesa tabla de madera de mezquite, con tres cerraduras de hierro cuyas llaves se encontraban en poder de tres personas que no podían abrirla sino estando todas juntas. Pues bueno, una vez que quisieron echar dinero al abrir aquella especie de caja fuerte encontraron que había bajado considerablemente el nivel del dinero, ya no vaciaron ahí las redes que traían y después de haber puesto una señal se retiraron. Al siguiente día volvieron a ver y ya había menos dinero. Y era que los ladrones robaban por debajo de tierra aquella extraña caja fuerte, extrayendo fuertes sumas. Cambiaron los canónigos el tesoro y así no pudieron ya robar más. Se hicieron indagaciones, se recorrió el subterráneo y se vio que en cierta parte se dividía en dos caminos: Uno que conducía a aquí y otro que desembocaba en una vieja casa que hoy es mesón. Se encontró un poco de lo robado y algunos de los ladrones fueron ajusticiados. Los demás, que huyendo de la justicia quedaron soterrados en la cueva faltos de agua y alimento, ahí se murieron de hambre y sed. Y es fama que pasando este subterráneo por debajo de la iglesia de San Agustín, en ciertas noches de tormenta, cuando el aire se enfurece, se escuchan retumbos, aullidos comprimidos, ruido de aguas que corren impetuosas, chasquidos extraños e inexplicables debajo de la tierra. Muchas personas al construir o reedificar sus casas han hallado pesos carones de los que se caían de los sacos, cuando los ladrones los transportaban. Y también, según me han contado, en el mesón a donde va a dar el otro brazo del socavón, se oyen a deshora lamentos, ayes, voces extrañas y misteriosas de hombres que van y vienen. Se ven bultos arrebujados que brotan de la tierra cargados con redes de dinero que se pierden al llegar al zaguán. Ya nadie quiere posar allí. Yo muchas veces he intentado levantar esa laja para penetrar allí, pero me he encontrado sin valor para ello; mas ahora que usted ha levantado la piedra, me convido para acompañarle en su excursión.

- Bajamos con alguna dificultad y luego nos dirigimos al interior. Al principio se ve que esta cavado a pico debido a la luz difusa que penetra por la boca, pero después hubo necesidad de prender cerillas para caminar. Se sentía un aire húmedo y un calor sofocante y por lo tanto no pudimos avanzar mucho, pero en el camino recorrido encontramos para confirmar el relato un peso ennegrecido que decía: Philipus V. Hispaniae et Indorum Rex. Y adelante otro y alentados por estos hallazgos hubiéramos recorrido todo el subterráneo, si no nos hubiera impedido un derrumbamiento que obstruía el paso. Retrocedimos haciendo minuciosas investigaciones, por ver si no nos encontrábamos con más pesos, pero nada, ni uno solo más hubo por allí.

Salimos de la cueva cuando ya el Sol se aproximaba al ocaso. Un enorme disco rojo nos miraba como gigante pupila inyectada en sangre. Parecía preguntarnos el motivo de andar inquietando las tinieblas del subterráneo a donde el jamás había penetrado. Y como nosotros no diésemos traza de responder a su pregunta bajó su párpado de nubes y se cerró para no volver a abrirse a aquella tarde. El viejecito y yo nos despedimos para siempre después de haber puesto en su mano la limosna convenida.

Después de leer el relato del cuaderno viejo me puse a reflexionar: "¿Fue este cuento sueño o realidad?  "¿Es una verdad o una bella mentira? Cada cual tómelo como le parezca; mas de ambos modos se pasa el rato agradablemente.

Como me lo contaron te lo cuento.

Clave y nombre de la escuela: Escuela SNTE Vespertina
Maestros responsables: Felicitas García, Rosa Elvia Ibarra, Ma. Refugio Valencia
Grupo: 6º "B" y 4º "A"
Correo electrónico:
Mario "Villagómez" villamora@yahoo.com
Ciclo Otoño 2003