Noches sin dormir

Por lo anterior, para muchos padres con hijos e hijas adolescentes o jóvenes que salen por las noches del viernes y sábado con sus amigos a divertirse y compartir, las horas transcurren lentamente, quizá dando vueltas sobre la cama, mirando a través de la ventana o esperando el ansiado “ring” del teléfono, siempre con la lámpara del buró encendida. Para quienes esperan en casa es como si el reloj se detuviera con el permanente deseo de ver a sus hijos de vuelta para poder apagar la luz y dormir tranquilos.