¿Quién no ha tenido en sus manos un destornillador o desarmador?

Indispensable cuando se trata de reparar un contacto eléctrico, una clavija, ajustar una puerta o desarmar un aparato electrodoméstico. Por su popularidad y utilidad, presentamos la entrevista realizada a Armando Desarmador.

Entrevistador: Buen día, señor destornillador. El primer aspecto que quisiéramos que comentara, es una definición de usted mismo.

Destornillador: ¿Una autodefinición?

Entrevistador: Exactamente.

Destornillador: —Con cierto aire de importancia— Bueno, en primer lugar me considero un intelectual.

Entrevistador: —Sorprendido— ¿Un intelectual? Vaya, eso es una novedad: teníamos entendido que su trabajo es eminentemente mecánico, algo técnico... usted nos entiende.

Destornillador: Sí, perfectamente. Digo intelectual porque yo y los de mi familia trabajamos con la cabeza.

Entrevistador: Bueno, si me permite cuestionarlo, lo mismo podría decir el martillo con respecto a su actividad.

Destornillador: Efectivamente, pero con un ligero detalle: él se da de topes contra todo lo que encuentra... Utiliza fuerza bruta, digamos. Nosotros los desarmadores, en cambio, hacemos un trabajo fino y de precisión.

Entrevistador: Me resulta difícil estar de acuerdo con usted. Desde mi perspectiva ustedes los destornilladores trabajan con los pies, es decir, con la punta. El mango es lo que correspondería a la cabeza, y sólo sirve para la manipulación del operador.

Destornillador: —Enfático y delirante— ¡Complot! ¡Esto es un complot! Una campaña de desprestigio que han echado a andar las pinzas y las llaves españolas.

Entrevistador: Disculpe, ésa no fue mi intención. Además, ¿quién podría decir dónde tiene usted la cabeza y dónde los pies?

 Destornillador: Prefiero que quede claro. No es agradable ir por la vida tratando de ser útil y que el público opine que uno trabaja con las patas... ¿Cómo quedaría la reputación de un desarmador que se respete?

 Entrevistador: De acuerdo, es justo. Consideremos que es usted un intelectual que trabaja con la cabeza. ¿Qué más nos cuenta? ¿Qué les hace diferentes de otras herramientas?

Destornillador: Ah, pues nuestra versatilidad. Fundamentalmente somos necesarios en eso de apretar y aflojar tornillos, la forma más útil encontrada por la humanidad para ensamblar objetos que luego puedan separarse.