El Sistema Nacional de Información en Salud propone la siguiente definición aceptada internacionalmente: “La discapacidad es un término genérico que incluye déficits, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación. Indica los aspectos negativos de la interacción entre un individuo con una condición de salud y sus factores contextuales”.

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Esto implica un nuevo paradigma que ayuda a comprender más profundamente en qué consiste el problema, pues no es sólo un aspecto de salud que atañe al área médica, sino un problema complejo que involucra a toda la sociedad y es ésta la que debe encontrar la vía para la prevención. Para una nueva visión de la discapacidad más comprometida se deben tener presentes los siguientes aspectos:

  • No se clasifican etiologías únicamente, sino que se debe tomar en cuenta el análisis de determinantes y factores de riesgo, entre los que se incluyen los ambientales que contextualizan al individuo.
  • Por eso se deben definir los estados de salud, es decir, los aspectos positivos y saludables que posee cada individuo, y no únicamente las consecuencias negativas de las enfermedades y los trastornos.
  • Cada individuo es único y aunque sufra junto con otros una misma discapacidad o enfermedad, dependerá mucho de sus reacciones personales, del contexto familiar e incluso de sus posibilidades socieconómicas, el cómo y cuándo puede superar el problema. Por ello es conveniente enfatizar los aspectos contextuales y los recursos de salud que posee cada individuo.
  • Cada caso es irrepetible y en ese sentido debemos hablar de personas con discapacidad, más que de grupos homogéneos de discapacidades.