Otro aspecto interesante para mejorar las pautas comunicativas es aprender
a distinguir que existen señales que ofrecen información,
y otras que dicen cómo debe ser interpretada.
Aquí es donde pueden generarse muchos conflictos, pues se confunde
el mensaje con la forma en la que debe ser entendido. Por ejemplo, una
persona dice unas palabras que hablan de sus sentimientos de amor hacia
otra, pero lo puede dentro de dos contextos de interpretación:
1. Lo hace con pautas o señales no verbales (gestos faciales,
cercanía, tono de voz) que comunican que sus sentimientos son
sinceros y muestran el afecto que dice sentir.
2. Lo hace con pautas no verbales que comunican aburrimiento y desgano.
En un nivel dice un mensaje, pero en otro nivel expresa que su mensaje
debe ser entendido como falso.
El primer contexto es fácil de interpretar si es congruente,
pero en el segundo las cosas se complican; si la otra persona lo capta
así y se da cuenta de la contradicción puede pedir que
se aclare, probablemente discutan o terminen su relación, pero
hubo una buena comunicación al captarse el mensaje y el cómo
debía ser interpretado.
Pero si no capta el doble mensaje, seguramente interpretará que
la quieren mucho, con lo cual no se está interpretando adecuadamente
el mensaje y por lo tanto se trata de una mala comunicación, que
tarde o temprano complicará mucho las cosas. El qué y cómo
debe ser entendido lo que se dijo, o sea el contexto de cómo debe
ser interpretado, crea las condiciones de cómo actúan las
personas y como responden y retroalimentan la comunicación.