Aunque Homero describe a las troyanas como mujeres llenas de dolor por sus hombres y entregadas a sus quehaceres domésticos, una hipótesis acerca del origen del juego de damas remonta su origen a la época de la Guerra de Troya; así mientras los hombres luchaban y defendían las puertas de la ciudad, “las damas” se entretenían en el palacio de Príamo, jugando este pasatiempo.

.....Junto con esta hipótesis que considera la frivolidad como femenina, se lee una frase que puede poner los pelos de punta a cualquier mujer moderna del siglo XXI, “Uno de los autores [de tal hipótesis], menos galante que ingenioso, añade que la sencillez de este juego lo pone al alcance aún de aquellos que no han sido favorecidos con una gran inteligencia”.(1)

.....Si no es posible definir el origen, sí sabemos que los romanos lo conocían y lo llamaban Iatrunculi (ladronzuelos), pues la finalidad es apropiarse de las damas del contrincante hasta que ya no tenga ninguna. Esta manera de jugar se diferencia de las reglas actuales, en que había algunas fichas que tenían una amplia gama de acciones: podían ir en todas las direcciones.

.....Se requerían treinta y dos piezas, generalmente de dos colores (blanco y negro), que se subdividían en dos categorías:

  1. los ladrones que podían avanzar varias casillas
  2. los latrunculi que no podían avanzar más que una casilla por vez.

.....También existe otro antecedente dentro de la cultura romana. Pollux, autor latino del siglo V a.C., dice: “un juego que exige gran número de piezas es el Plinthion, que se juega en casillas formadas por líneas”. (2)

 

(1) Vid , Enciclopedia Universitas , tomo II, p. 356.

(2) Loc cit.