¿Le ha ocurrido que va a hacer sus compras
a la tienda de autoservicio y de repente desaparece su carrito?
Vaya fastidio, ¿no es cierto?
Ocasionalmente, el responsable ha sido un empleado que tiene a su cargo
recoger la mercancía que está fuera de sitio y que, tomando
el primer carro que se encuentra a mano, junta los productos para llevarlos
de regreso a sus respectivos estantes. Es algo desagradable, pero por
lo general se trata de la minoría de los casos.
También
llega a suceder que, al contener pocas cosas o ninguna, otro cliente se
confunde y arrastra el carro que usted se había encargado de tomar
a la entrada de la tienda. Extravío primero y confusión
después, donde no hay intencionalidad de daño.
Lo verdaderamente común es que otra persona que va también
a realizar su compra, deliberadamente tome su carrito. ¿Por qué?
Las razones pueden ser varias. Gente que olvida tomar uno de esos artefactos
con ruedas, personas que no pensaban comprar gran cosa, pero en el momento
deciden que necesitan el carro y toman el primero que encuentran. En fin,
Las motivaciones abundan.
Resulta curioso que, salvo situaciones excepcionales, los artefactos proporcionados
por el establecimiento son suficientes para toda la clientela y cualquiera
puede tener acceso a ellos en la entrada. Si hay olvido o pérdida
del mismo, bastaría con regresar a las puertas y, civilizadamente,
tomar otro para continuar con la adquisición de mercancía.
Un esfuerzo mínimo que soluciona el contratiempo y a nadie afecta.
|