Más allá de las explicaciones microbiológicas y bioquímicas, que las más de las veces nos resultan del todo crípticas, lo importante es saber que si se conoce la causa real de la enfermedad, asimismo se puede proporcionar un tratamiento más adecuado y con resultados de beneficio más o menos permanente.

La clave está en el uso de antimicrobianos específicos que ataquen a esta bacteria perteneciente al grupo de las Gram 5 negativas. Así, pues, junto con la administración de los consabidos inhibidores de la producción ácida o las sustancias neutralizantes, los antibióticos dan garantía de la completa desaparición del microorganismo causante en un tratamiento que no supera las dos semanas, con la ventaja adicional de que, si se ha logrado la descolonización bacteriana, no hay razón como para que haya una recaída, a menos, claro, que se vuelva a presentar una nueva infestación.

Esto es revolucionario, ya que además de lograr la fácil resolución de un problema de salud ampliamente extendido entre la población adulta, se evitará también el consumo crónico de sustancias que ayudan a aminorar la sintomatología, pero sin resolver el problema de fondo.

 

Una ganancia añadida se encuentra también en el diagnóstico de la enfermedad. Sabiendo cuál es la causa real y conociendo cómo opera la bacteria, entonces se hace posible diseñar pruebas diagnósticas menos invasivas, más rápidas, económicas y específicas.

Podrían quedar atrás las costosas y dolorosas biopsias, así como las endoscopías, ya que la prueba puede llegar a ser tan simple como para realizarse con el aliento del paciente.

¿Aliento? Sí, ya que al conocer el metabolismo del microorganismo, pueden ser los gases presentes en el aliento y buscar ahí los componentes metabólicos de los desechos bacterianos. Recuérdese el dióxido de carbono y el amoniaco que se desprenden al procesar la urea.

Actualmente existen ya clínicas que lo hacen, suministrando al paciente una dosis de carbono 14 (el mismo tipo usado para hacer las pruebas de datación), del que se deberán encontrar trazas luego de 15 minutos de su ingestión.

 

Pues si usted padece de gastritis crónica o aguda, así como de úlcera gástrica o duodenal, no sólo podrá entender qué es lo que le sucede, sino que tendrá opción para lograr una completa curación.

Como siempre, la recomendación es sencilla: consulte a su médico especialista, ya hay una solución.

 

 

 

5 Método de tinción que permite diferenciar, por sus propiedades bioquímicas, a dos grandes grupos de bacterias: Gram positivas y Gram negativas.