Si bien los menores son motivo de la mayor preocupación ante
un panorama de pérdida, no son los únicos que se encuentran
en este posible trance.
.....Los hijos mayores también pueden
extraviarse momentáneamente, aunque tienen la gran ventaja de
contar con más herramientas para regresar al hogar; pero no por
ello están exentos de algún peligro.
.....Los adultos mayores forman parte de
la población susceptible. Aun sin padecer enfermedades tan graves
como el Alzheimer
o lo que genéricamente se denomina como “demencia senil”,
en ocasiones llegan a sufrir episodios momentáneos de confusión.
Pérdida de la orientación o incluso el olvido de su dirección
precisa. Desde luego que no es una situación común en
extremo, pero puede pasar.
.....Está también el caso
de las personas que padecen algún accidente y, bien sea por el
estado de choque en que se encuentran o por el efecto específico
de sus lesiones, podrían no estar en condiciones de expresar
quiénes son y en dónde viven. Panorama doblemente grave
porque a los efectos del contratiempo se le adiciona la condición
de pérdida. No se puede avisar a los familiares, ni éstos
están en condición para localizar a su ser querido.
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