Ramón Cordero G.

En las últimas semanas, en México, se ha dado a conocer una campaña publicitaria en la que se invita a las personas para que midan el diámetro de su cintura y procuren reducir su talla —y peso en consecuencia— si es que la cinta métrica arroja un valor mayor a 94 centímetros (aunque hay nutriólogos que proponen un máximo de 90 centímetros para hombres y 80 para las mujeres).

El argumento que se esgrime, es la necesidad de prevenir enfermedades cardiovasculares y diabetes.

¿Y por qué esa medida y no otra, si todos somos diferentes?

Efectivamente, siempre es mejor contar con la mayor cantidad de información posible como para entender los por qué de una recomendación. El problema, es que el tiempo de que se dispone en los medios masivos de comunicación es bastante limitado. La duración media de un promocional, o lo que conocemos como anuncio, es de tan sólo 30 segundos, tiempo en el que sería imposible desarrollar toda una argumentación.

Dada la brevedad de los mensajes, lo acertado es buscar que la gente pueda recordar algún aspecto medular, y en eso consiste la sugerencia de los 94 centímetros, haciendo además la asociación con los posibles efectos nocivos del sobrepeso.

Nuestro país, al igual que muchos otros del continente, enfrenta un serio problema con los índices de obesidad. Los hábitos nutricionales se han modificado de tal forma, que una buena parte de nuestra población padece problemas de sobrepeso. El consumo de refrescos y de alimentos chatarra se ha disparado, a la vez que mantenemos formas de vida sedentarias en las que prescindimos de muchos nutrientes que debían estar presentes si hubiera una dieta balanceada integrada por un adecuado balanceo de los diferentes grupos de alimentos (frutas, verduras, cereales, lácteos, etcétera).

De acuerdo con las investigaciones en epidemiología y nutrición, el diámetro de la cintura es un excelente indicador.