¿Indicador?

Sí, un sólo dato que se encuentra asociado con una gran cantidad de información. Un ejemplo: en ocasiones se nos llega a preguntar cuántos focos o bombillas hay en la casa, y eso nos parece absurdo porque en apariencia no tiene nada que ver con el empleo que solicitamos o la escuela a la que nos queremos inscribir.

Sin embargo, ese dato es un indicador de lo más útil, ya que sin preguntarnos de qué tamaño es la casa, dónde se ubica o cuál es nuestro ingreso económico mensual, le permite a la institución inferir una serie de aspectos relacionados con nuestras condiciones de vida. Si la respuesta es que sólo usamos un foco, de inmediato pueden suponer que:

  • Se trata de una vivienda con servicios limitados
  • No hay más que una habitación en la que se duerme, come y se realizan el resto de las actividades cotidianas
  • Probablemente se viva en hacinamiento
  • No se dispone de servicio sanitario dentro de la vivienda
  • El ingreso económico mensual es muy magro
  • El inmueble se encuentre en alguna zona marginal y por tanto carente de otros servicios

Como puede observarse, la situación es diametralmente distinta si la respuesta hubiese sido que se cuenta con hasta 25 bombillas.

Regresando a los 94 centímetros

Es cierto que todos somos diferentes, y por ello también las proporciones corporales. Quizá la medida resultaría absolutamente normal en una persona de gran talla, así como podría ser excesiva en extremo, si se tratara de alguien que apenas llegara al metro y medio de altura. Y sin embargo, se trata de un indicador bastante útil para identificar en la mayoría de la gente, los riesgos potenciales a la salud derivados del sobrepeso.

Las razones son las siguientes y responden a una lógica contundente:

  • Es más fácil contar con una simple cinta métrica que tener también a la mano una báscula
  • Hace más sencillo para cada persona el identificar sus factores de riesgo. Imposible pensar que todos, individualmente, acudiéramos al consultorio médico y pretendiéramos que se nos hicieran análisis especializados de laboratorio, que sólo en casos individuales estarían justificados
  • Es útil para hombres y mujeres porque, la grasa acumulada por efecto de una ingesta excesiva de elementos energéticos, tiene a distribuirse en el área del abdomen, independientemente del sexo de las personas
  • Cuando se excede la medida recomendada, indirectamente sabemos que hay un mal hábito nutricional de fondo en el que muy probablemente se encuentre un alto consumo de harinas y azúcares refinados, así como de grasas saturadas
  • De igual manera, los más de 94 centímetros nos estarían hablando de una actividad física reducida (sedentarismo) o al menos insuficiente como para usar la energía excedente