El refresco: ¿producto básico para los mexicanos?
Autor:
Texto: Ramón Cordero G.
Diseño gráfico: Jani Rivera
Diseño: Jani Rivera

Es una discusión que año tras año se repite con increíble regularidad cada vez que hace falta incrementar impuestos o sube el precio de los edulcorantes (y se buscan mecanismos compensatorios): ¿debe o no aumentar el precio de los refrescos o bebidas embotelladas, considerando que son fundamentales?
Correcto, pero parte del debate tendría que incluir otra cuestión: ¿fundamentales para qué?

            Quizá el argumento más socorrido es el que tiene que ver con la satisfacción de una necesidad. Nunca falta quien exponga la carencia de agua potable en ciertos sitios y el papel que las bebidas "refrescantes" cumple para suplirla. Por supuesto que también se apela a lo indispensable que es contar con una fuente energética para su aprovechamiento inmediato en aquellas personas que mantienen una muy demandante actividad física, como es el caso de los trabajadores de la construcción, los campesinos, los estibadores y demás.

            Patrañas poco creíbles que no han contribuido a mejorar hábitos nutricionales, pero si han logrado que México sea uno de los países con mayor consumo per cápita de estos productos. Si fuera positivo para la alimentación y la salud como la leche, vaya y pase; lo malo es que este hábito está muy relacionado con importantes problemas de salud pública. 

            Lo cierto es que, más allá de los efectos que estos bebedizos pudieran tener sobre la salud de nuestros dientes o aparato digestivo, tal vez tengan su mayor impacto en el sobrepeso o en la dificultar para tener resultados luego de someterse a una dieta baja en calorías.

 

Etiquetas y nutrientes

Es una realidad: con independencia de los ingredientes que puedan incluir para darles su color y sabor típico, las sodas(1) se caracterizan por ser agua muy azucarada con cantidades considerables de algunas sales.

            Lo anterior puede ser observado en la etiqueta, donde existe un recuadro que brinda la información nutrimental. Eso sí: en letras tan pequeñas —sin importar el tamaño del envase—, que es muy difícil distinguirlas si se tiene un déficit mínimo en la agudeza visual. Claro, con el obstáculo adicional que representa el no estar familiarizados con la información que ahí se reporta. Pero, bueno: aprender a interpretar lo que ahí aparece, es justo el objetivo de este artículo; para ello usaremos como ejemplo un refresco de cola cualquiera en una de las presentaciones más populares, la de 600 mililitros.

            Examine la etiqueta que reproducimos y notará detalles importantes. No hay presencia de proteínas o de grasas. Saque sus conclusiones en términos de lo que es la alimentación.

 

INFORMACIÓN NUTRIMENTAL
Tamaño De la porción: 100 ml
Porciones por envase: 6

                                              Por porción

Contenido energético

42 kcal

Proteínas

0 gramos

Grasas (lípidos)

0 gramos

Carbohidratos

11 gramos

Sodio

20 miligramos

 

(1) Nombre con que en algunas regiones del país se conoce a las bebidas.