“No es tan grave: ni siquiera está a la vista”

Los puntos de convergencia para las corrientes suelen estar retiradas de los litorales, y eso dificulta el estudio del fenómeno. De hecho, la población mundial tiende a minimizar la importancia de los problemas que no tiene a la vista en la cotidianidad.

            Pero no es un asunto menor. De acuerdo con las investigaciones que realiza en el norte del océano Pacífico la Fundación de Investigación Marina Algalita, en la región conocida como Giro Central, se pudieron colectar —usando redes de caladura pequeña— unos 334 mil fragmentos plásticos por cada kilómetro cuadrado. En uno de sus reportes(2) la organización menciona el hallazgo de proporciones escalofriantes: seis partes de sustancias plásticas por una de plancton. El detalle es que muchas criaturas marinas viven de una alimentación que tiene como base el plancton, no el plástico.

            Por si algo faltara, además de este punto que constituye el campo de estudio de Algalita, hay en el resto del planeta otros 8 puntos de convergencia que ni siquiera están sometidos al escrutinio de investigadores o autoridad alguna. Simple y sencillamente no se sabe qué está ocurriendo en estos otros auténticos vertederos.

 

A flote o en el fondo son trampas mortales

Piense en lo que puede ocurrir a una confundida ave marina que por error ingiere una vistosa rondana, o al pez que, atraído por el movimiento, deglute una colorida pulsera. Las obstrucciones por objeto extraño y las lesiones en aparato digestivo son causantes de la muerte de más de un millón de aves al año. Los peces son, simplemente, incontables. De la misma manera perecen tortugas y mamíferos acuáticos.(3)

            Puede suponerse que si las partículas artificiales han llegado a dimensiones minúsculas pierden su capacidad de destrucción. Pero esto es un craso error, ya que múltiples formas de vida se alimentan mediante la filtración de grandes volúmenes de agua que, luego de ingerida, es expulsada reteniendo pequeños seres vivos (algas, plancton, etcétera) y fragmentos. ¿Puede imaginar un régimen alimenticio tan infame compuesto mayoritariamente por desechos? Desde almejas y hasta grandes cetáceos quedarían incluidos en el grupo de los “plasticófagos”.

            Demos por cierto que algunas especies de peces logren ingerir y desechar la pedacería sin morir en el intento, al menos de manera inmediata. Lo alarmante es que la acumulación de partículas da lugar a un fenómeno fisicoquímico en el que tiende a funcionar como esponja que retiene contaminantes persistentes de alta toxicidad.

            El riesgo real consiste en que, por la misma abundancia de los conglomerados de basura, los animales ingieren grandes cantidades de venenos acumulables en su organismo y, siguiendo el paso por las cadenas alimenticias, alcanzan concentraciones más que peligrosas en los consumidores finales, los grandes predadores de los océanos, nosotros entre ellos.

 

¿Qué puedo hacer?

Éste es uno de esos casos particulares en los que la acción individual tiene un gran impacto. Basta con racionalizar el consumo de productos que están envasados en contenedores plásticos desechables.

            Ciertamente, la forma de vida contemporánea no facilita el hecho de sustraerse a la tendencia dominante; pero separando estos materiales damos oportunidad para que sean manejados adecuadamente y reciclados.

            Cada artículo de este tipo que dejemos de tirar en calles o campos, será un objeto menos que contaminará por cientos de años.

En línea se puede revisar un audiovisual traducido al castellano de la Fundación de Investigación Marina Algalita, en la dirección: http://www.soitu.es/soitu/2008/02/08/videos/1202467640_673419.html

Existe también una serie de 12 videos realizados por VBS.TV localizables en: http://www.vbs.tv/video.php?id=1485308505

(2)Vanessa Sánchez es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature. Ver: http://www.soitu.es/soitu/2008/02/07/medioambiente/1202385061_221955.html (consultada julio de 2008)
(3)Fuente: Nuestro Clima, en: http://news.soliclima.com/?seccio=noticies&accio=veure&id=2345 (consultada en julio de 2008).