-Nada más vuelves a tocar el timbre de esa forma y te doy tus trancazos. -Le dijo Irene a Toño, en actitud retadora.

-¡Pues bájale a tu música! -le respondió Toño, con la cara enrojecida por el enojo.

-¿Ah, sí? Y cuando tú traes a tus amigotes a escandalizar al edificio, ¿quién te dice algo?

-Pues estoy en mi derecho, es mi casa...

-¡Tú lo has dicho! Yo también estoy en mi casa y puedo escuchar música cuando quiera y al volumen que mejor me parezca.

-Pero agarra la onda, estoy estudiando para mi examen y con tu ruidote no me puedo concentrar.

-Ese no es mi problema -dijo Irene en tono burlón- El otro día también yo estaba estudiando y con el cotorreo que te traías, tampoco me podía concentrar y nunca fui a tocarte a tu casa. Así que ya estamos a mano.

 
 
 
 

-¡Órale pues! Pero ya te advertí, si no le bajas me cae que vengo y...

-¿Y qué jovencito? - interrumpió doña Lorena, vecina de ambos- Parecen enemigos en lugar de vecinos. ¿A poco yo me quejo de los ruidos que hacen los dos? La verdad, ustedes son unos desconsiderados con todos los vecinos y un día van a provocar un problema mayor. ¿No creen que ya deberían de ponerse de acuerdo? -Concluyó Lorena, antes de continuar su marcha.

 

 
 
 

Dicen que para casarse y pelearse, siempre hacen falta dos. Y nosotros opinaríamos que también para solucionar los conflictos.

Ahora que si de opinar se trata, ¿cuál crees que sería una buena medida para que Toño e Irene solucionen sus diferencias?

Consulta las opciones que te presentamos y elige la que consideres más conveniente.





Aunque esta puede ser una solución, lo sería sólo en parte; ya que la medida limita los derechos de los dos como habitantes del edificio.




Lo ideal sería que fueran amigos y compartieran sus diversiones; pero, ¿y las molestias que le causan a sus vecinos?

Esta es una buena medida, pues les permitiría acabar con sus problemas y satisfacer sus gustos, sin afectar los derechos de sus vecinos.

A esto se le llama ser tolerante. A propósito de ello, te invitamos a leer el siguiente comentario.

Para bien o para mal, los conflictos son cosa cotidiana en la vida de todas las sociedades. Tan es así, que algunos estudiosos de la vida social han dicho que el conflicto es una más de las formas de convivencia que existen entre los seres humanos. Está difícil, ¿no crees?

Pues bien, en honor a la verdad, debemos señalar que las sociedades democráticas no están exentas de esta realidad. De hecho, es en ellas donde más riesgo existe de que se susciten conflictos de toda naturaleza. ¿Y sabes por qué? Por la libertad de que disponemos los individuos para expresar nuestras ideas, gustos, actos y preferencias.

Esta condición hace posible que exista una enorme diversidad de formas de vida, muchas veces opuestas y hasta bronqueadas entre sí.

Tal situación requiere del compromiso y participación de todos los miembros de una sociedad, para aceptar valores y actitudes que admitan el principio de no-agresión contra nuestros semejantes, a causa de las diferencias que podamos tener.

La tolerancia, como valor para la vida democrática, promueve que reconozcamos el derecho de los otros -de nuestros familiares, vecinos, amigos, conocidos o desconocidos- a ser diferentes y a mantener sus diferencias en relación con las preferencias que tengamos nosotros. Lo cual no está fácil, pues significa que muchas veces debemos de aceptar y compartir costumbres, gustos, actitudes e ideas que no van con nosotros.

Pero no te espantes, que nadie te está pidiendo nada que no puedas dar. Pues el ser tolerante no significa que debamos renunciar a nuestros intereses por ser buena onda con los demás. Nada de eso.

Sólo se busca fortalecer el reconocimiento de los principios de libertad e igualdad y ponerlos en práctica en la vida cotidiana para construir -aquí sí entre todos-, un clima de civilidad y convivencia respetuosa. Que admita el derecho que tenemos todas las personas a ser diferentes y la posibilidad de compartir juntos el espacio que ocupa nuestra sociedad, evitando los conflictos que alteran la paz y limitan la libertad de todos. ¿Cómo ves?