-Eso se saca por andar de "grillo". Siempre está criticando todo. Qué si el maestro dio mal la clase o que los baños de la escuela siempre están sucios.

Hasta ha dicho que nosotros deberíamos de preocuparnos por los problemas que pasan en el país... La verdad, yo no lo entiendo. -Decía Jaime a Lupe, con aire de reproche.

-Lo que pasa es que a ti te cae mal, desde que lo nombramos jefe de grupo el año pasado. -Le contestó la muchacha, mientras cerraba su cuaderno.

-Además, el maestro de "mate" le dijo que no era culpa del director el que faltara material para trabajar en los talleres. Que en lugar de andar sonsacando a los compañeros para que se quejaran, mejor deberían de cooperar para comprar lo que falta. -Replicó Jaime.

-Pues eso pensaba hacer el "fachas" cuando nos dijo que integráramos una comisión para hablar con el maestro de taller; y ya entre todos plantearle el problema al director. -Insistió Lupe, enojada.

-Pues si, eso hubiera estado bien; pero empezaron a hablar con los de primero y tercero, y ahora resulta que ya en todos los talleres falta material.

 
 
 
 

Luego los de tercero se avientan la "puntada" de llamar a toda la escuela a una asamblea y ya ves lo que pasó: nadie entró a clases después del descanso y por eso el prefecto los reportó. -Dijo Jaime.

-¡Y qué! Eso no era motivo para que expulsaran al "fachas". El director primero debió de preguntar de qué se trataba el asunto. Entonces qué, vas a firmar la carta, ¿o no? Sólo estamos pidiendo que no lo expulsen. Además ya lo sabe la tutora del grupo y los maestros de los talleres; todos están apoyando para encontrar una solución al problema. ¿Le entras o no? -Terminó diciendo Lupe, mientras extendía la lista con los nombres y firmas recabadas.

 

     

Dice el dicho que las cosas se ven de acuerdo con el cristal que las mires. Muchas veces podemos ser juzgados negativamente por lo que hacemos. Pero si no hacemos nada frente a los problemas que nos afectan a todos, ¿estaremos actuando correctamente?

Si estuvieras en el lugar de Jaime, ¿qué harías?

Consulta las opciones que te presentamos y elige la que consideres más adecuada.


Aunque una cosa es no compartir las ideas de la gente y otra no reconocer cuando tienen la razón ¿no crees?




Siempre es correcto querer evitarnos problemas; pero si lo hacemos a costa de permitir una injusticia, ya no es algo positivo.

Esta parece ser una actitud positiva, para participar en la solución de un problema colectivo. Sería conveniente que leyeras el siguiente comentario.

REFLEXIONA, DECIDE Y ACTÚA

Ya hemos dicho que en una sociedad democrática todos los individuos tenemos derecho a ejercer nuestra libertad. Lo cual significa que estamos en posibilidad de participar -en condiciones de igualdad- en los asuntos que sean de nuestro interés personal o colectivo. Ya sea dentro de nuestra familia, en la escuela, con los "cuates" o en nuestra comunidad.

La participación de la población en general y de los ciudadanos -personas mayores de 18 años y que tienen un modo honesto de vivir- en los asuntos de interés colectivo, son una pieza clave para el funcionamiento de una sociedad democrática; pues aumenta la posibilidad de solucionar los problemas que nos aquejan a todos.

Sin embargo, la participación de las personas en los distintos ámbitos de vida social suele provocar conflictos; ya sea a causa del choque de ideas o intereses.

Como el caso que te acabamos de presentar. Lo cual no debe de espantarnos ni desmotivar nuestro deseo de participar en las cosas que nos interesen. Sobre todo si tomamos en cuenta que, una condición inevitable de la vida en sociedad, es la existencia de personas con ideas, gustos e intereses distintos a los nuestros.

Una forma de hacer más efectiva nuestra participación en la vida social, es a través de la comunicación y el diálogo directo con las personas que nos rodean.

Esto, con la finalidad de conocer los intereses, ideas y necesidades que cada uno tenemos; y para encontrar solución a los desacuerdos que podamos tener.

Pero ojo, no vayas a creer que te estamos recomendando ceder en la firmeza de tus ideas. Nada de eso. Sólo intentamos definir las reglas del juego democrático; que no excluyen la competencia, el choque de ideas e intereses.

Uno de los límites que establece esta forma de vida y gobierno, es evitar la descalificación de los que piensan o actúan de forma diferente a nosotros. A este principio se le conoce como tolerancia, implica el reconocimiento a la libertad e igualdad de los otros y su derecho a de ser diferentes. De ello hablaremos en otra ocasión.