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Difundir más información de mejor calidad. No basta
con enseñar biología de la reproducción.
No es suficiente con saber sobre el aparato reproductor masculino
y femenino. Hay que hablar, aprender y discutir también
sobre sexualidad. No somos tan sólo un cuerpo: nuestro
pensamiento y nuestros sentimientos también cuentan...
tal vez más.
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Tendríamos que aceptar también que cada vez son
más los y las adolescentes que tienen una vida sexual activa.
Padres y maestros pueden pensar que los jóvenes son como
estatuas de marfil, pero eso no cambia la realidad. ¿Cómo
orientar mejor si ni siquiera se está dispuesto a reconocer
la existencia del fenómeno?
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Además de regalar condones, regañar, pasar documentales
y vigilar a los muchachos y muchachas, ¿por qué
no discutir y encontrar colectivamente las razones que hay para
cuidarse mejor?, ¿por qué no tratar de imaginar
los futuros diferentes que puede haber con y sin embarazo?, ¿por
qué no confiar un poco más en la inteligencia de
la gente joven?