No son muchas las tácticas que podamos implementar porque el éxito depende del interés que el pequeño tenga en los contenidos escolares, la motivación que el maestro logre imprimir a sus enseñanzas, la cantidad de deberes que tenga cada día y sobre todo del grado de madurez del niño, física y emocional, para que logre niveles de concentración y atención adecuados a su edad. Pero algunas sugerencias que nos pueden ayudar son las siguientes:

  1. Establecer reglas precisas y claras con respecto a la disciplina y horarios en que se debe realizar la tarea, y desde luego cumplirlas.

  2. La selección del lugar donde se haga la tarea es de suma importancia: tratar de que no haya distracciones: si es necesario, podemos colocar un pequeño biombo sobre la mesa o escritorio realizado con cartulinas que impida ver fuentes de distracción como la televisión, los hermanos, o la ventana.

  3. De preferencia, hacer la tarea siempre a la misma hora y lugar. Es conveniente negociar horarios y acordar con el niño cómo se va a distribuir su tiempo por la tarde, entre juegos activos, ver algún programa favorito de la televisión, clases de idiomas o deportes, juego libre (muy necesario), y la realización de tareas que pueden hacerse en dos tiempos: primero todo lo escrito acompañado de dibujos y en otro momento el estudio directo y las lecturas.

  4. A muchos niños puede ayudarles hacer un repaso de las lecciones en la mañana antes de salir a la escuela o en el trayecto a la misma; pero siempre y cuando sea repaso y no una tarea dejada para última hora.

  5. Se sugiere tener una caja o lugar específico para guardar y hallar con facilidad los útiles que normalmente se requieren. Los hábitos de orden, cuidado y aprovechamiento de las cosas se aprenden directamente de los padres: así la disciplina que deseemos para nuestros hijos debemos desarrollarla primero nosotros mismos. Recordemos el dicho: “ El que guarda, halla ”. Así, cada vez que el niño utilice algo (tijeras, pegamento, colores, etcétera), debemos enseñarlo a ponerlo nuevamente en su lugar.

  6. El niño debe aprender a planear todas las tareas y buscar el material necesario antes de sentarse a hacerla, con la idea de que no tenga que levantarse y distraerse con cada nuevo deber. Incluso debemos pedirle que vaya al baño y se lave las manos antes de hacer la tarea, para que esté limpia.

  7. En la medida de lo posible debemos procurar que el niño tenga un escritorio o una mesa y una silla adecuadas a su tamaño, para que mantenga una buena postura. Es importante, desde luego, que tenga una buena iluminación; ya sea natural o artificial. De preferencia que lo ilumine de izquierda a derecha si es un niño diestro, mientras que los zurdos deben utilizar la luz de derecha a izquierda para impedir que ellos mismos arrojen sombras sobre su cuaderno.

  8. De vez en cuando debemos estimular al niño si se esfuerza por hacer pronto y bien sus tareas: una frase, una felicitación o alabanza le indicará que sus esfuerzos son tomados en cuenta y lo alentará a mejorar. Recordemos que alabar o premiar lo que está bien hecho tiene mejores resultados que castigar por lo que se hizo mal.

Desde luego que ser un buen ejemplo para los hijos en cuanto a orden, esfuerzo, alegría y voluntad para hacer las cosas, es la tarea más difícil que los padres podemos y debemos realizar.