En un mundo de constantes cambios tecnológicos, la educación se ha convertido en la clave del éxito. Los jóvenes de hoy deben estar preparados para trabajos que aún no conocemos y para usar tecnología que aún no ha sido inventada. En este contexto lo que niños y jóvenes necesitan no es aprender a usar un software específico, sino adquirir las herramientas básicas que les permitan aprender con tecnología. Por ello es necesario pensar en opciones para insertar a los dispositivos tecnológicos (celulares, cámaras digitales, mp3, ipods, ipads, etc.) en el proceso educativo, como herramientas de aprendizaje y así aprovechar las oportunidades que brindan. La escuela no puede seguir negando que vivimos inmersos en un mundo de nuevos materiales. La tecnología forma parte de nuestras vidas y la educación no puede quedarse al margen. Niños y jóvenes muestran una actitud abierta y positiva hacia los nuevos dispositivos tecnológicos, disfrutan experimentando con los avances y se sienten más identificados con ellos pues los consideran herramientas útiles. Los docentes no necesitamos ser expertos en este tema sino dedicarnos a coordinar el debate de ideas en las clases e incluir en este la información y los conocimientos que sus alumnos obtienen fuera del salón de clases. Cuanto más integre la escuela a la tecnología en sus prácticas cotidianas será menos propensa a quedar aislada de la vida extra escolar y de lo que necesitan los alumnos para desenvolverse en ella. No podemos olvidar que el aprendizaje informal de los chicos es cada día más intenso, variado y rico. Debemos retomar los aciertos de la tecnología e incorporarlos a las aulas: a) Ofrecer retroalimentación inmediata; b) Brindar posibilidades de “subir de nivel” o superarse. Esta ha sido la combinación que motiva y compromete a niños y jóvenes con sus videojuegos favoritos. La única forma en la que podemos asegurar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a la tecnología, y con esto reducir la brecha tecnológica, es adoptar la tecnología en la escuela. Como maestros debemos valorar los métodos que los estudiantes han establecido para relacionarse (diversas formas de comunicación a través de dispositivos tecnológicos) e incorporarlos en nuestra práctica pedagógica.
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