¿Para qué saber, si no podemos modificar el régimen climático?


...Es cierto: de nosotros no depende tener un verano más moderado y, con certeza, tampoco podemos alterar nuestra fisiología. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer. Si logramos identificar los elementos que en nosotros desencadenan conductas violentas o imprudentes, entonces tenemos capacidad para decidir.

• Evitar circular o deambular por las calles durante las horas de más calor.

• Ajustar —si es posible— los horarios en que desarrollamos nuestra actividad física más intensa.

• Buscar sombra o ambientes más frescos para descansar momentáneamente, antes de perder el control.

• Evitar o por lo menos disminuir el consumo de alcohol.

....Es cierto: el ritmo de vida o las obligaciones no siempre nos permiten respuestas como las antes mencionadas. Sin embargo, el sólo hecho de tomar conciencia de lo que nos sucede —en términos de conductas imprudentes o agresivas— y las circunstancias en que explotamos, podría dar otra perspectiva a nuestras reacciones. “Me estoy desesperando, estoy de mal humor; sé que es efecto del calor y no porque el mundo esté en contra mía”.

....Ahí es cuando, electivamente y con responsabilidad, podemos optar por mantener la cabeza fría. Desde luego que hace falta muchísima más investigación y con metodología más precisa. El trabajo periodístico no hace otra cosa que señalar una cierta asociación que habría que comprobar.
Curiosamente, un par de semanas después, apareció un reporte similar en otra nota periodística. También en el estado de Durango han encontrado una relación entre altas temperaturas y violencia intrafamiliar.

....Artículo elaborado con base en la nota periodística de Rosa María Méndez Fierros, corresponsal de El Universal, aparecida el lunes 13 de julio de 2005.

....También se puede consultar la nota de Saúl Maldonado del 29 de junio del 2005 en el periódico La Jornada.