Un poco de historia

Al profundizar en el análisis de la historia, nos encontramos frente a un mundo cargado de peligros y situaciones agresivas; recordemos que en el cuento original del francés Perrault (1628-1703), se hace una alusión explícita a que la niña se desnude y se meta a la cama con el lobo. Posteriormente el cuento fue retomado por los hermanos Grimm Jacobo (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859), quienes eliminaron esta situación.

En la versión de Perrault el lobo se come a la abuela y a la niña, y con este fatídico desenlace termina la narración. En el cuento de los Hermanos Grimm se matiza la tragedia y después de esta terrible escena el leñador mata al lobo y le abre el vientre para que salgan la abuela y la niña. Pero, ¿puede existir algo más agresivo? Sin embargo, al niño le gusta escucharlo porque le ayuda a poner afuera los terrores y descubrir que la desobediencia es castigada, (Caperucita no obedece a su madre que le dijo fuera por el camino conocido a casa de su abuelita y no hablara con nadie), pero que existen seres salvadores que lo reintegran al buen camino y le dan nuevas oportunidades.

 

¿Por qué ayudan los cuentos de hadas?

El autor Bruno Bettelheim, desde un marco psicoanalítico, dice que "éste es precisamente el mensaje que los cuentos de hadas transmiten a los niños de diversas maneras: que la lucha contra las serias dificultades de la vida es inevitable, es parte intrínseca de la existencia humana; pero si uno no huye, sino que se enfrenta a las privaciones inesperadas y a menudo injustas, llega a dominar todos los obstáculos alzándose al fin victorioso" (1)

Es importante señalar que en “ Caperucita roja” , al igual que muchos cuentos exitosos, los personajes buenos son realmente buenos y los malos sin lugar a dudas muestran su maldad; situación necesaria en los años de la primera infancia cuando el niño necesita claridad para organizar sus metas y personajes sin ambigüedades a quienes puede tomar como modelos.

Los niños hasta los siete u ocho años requieren que los personajes de los cuentos estén definidos en cuanto a su bondad o maldad, porque tienen un pensamiento ligado a los aspectos concretos y tangibles de las conductas; para ellos la justicia está subordinada a los adultos y cree lo que éstos le dicen acerca de lo que se debe hacer o no. Si el lobo engaña a la niña y es agresivo, es malo y debe recibir un castigo.

Probablemente en este cuento, cuyos personajes forman parte de nuestro acervo cultural, tanto los niños como las niñas se identifican con ellos desde el punto de vista de los temores que refleja y las enseñanzas que entraña. Los niños no soñarán con tener capas rojas, pero sí se plantean la disyuntiva de uno u otro camino y el deseo de ser como el cazador que logra a través de su fortaleza liberar a los buenos.

Un gran atractivo que posee la historia es la mención al cuerpo y a los diferentes sentidos: tocar, oler, oír, ver y gustar, porque el niño conoce y maneja estos conceptos e identifica en sí mismo su nariz, sus ojos, sus brazos y las respuestas lógicas de que esos ojos grandes son para verte y esas enormes orejas son para escucharte mejor. En ese mágico momento, estriba una de las maravillas que los niños encuentran en el cuento de “ Caperucita roja ” y es poder contarlo y actuarlo con la fascinación que le proporciona, revivir el conocimiento que él mismo tiene de su propio cuerpo y poder mostrar, imitando al lobo, que también sabe para que son los sentidos, por ello no es raro escuchar que es el propio niño quién gustoso lo narra y lo repite fingiendo los gestos y la voz de la temida fiera.

 

Moraleja

El cuento empieza y termina con una situación feliz: Caperucita vive con sus padres en un hogar, su madre le permite la libertad de salir sola y hacer el bien, además tiene una abuela que la quiere y a quien ella tiene la posibilidad de ayudar. El valor de la familia extensa, la posibilidad de ayudar a los ancianos y la alegría de pasear entre la naturaleza muestran un panorama feliz junto al temor de perderlo todo por una desobediencia (aunque existe la posibilidad final de recuperar la estabilidad nuevamente).

Caperucita le plantea al niño problemas como la toma de decisiones frente al camino a seguir, la competencia y la defensa ante el engaño, el arrepentimiento y la necesidad de pedir ayuda para regresar al buen camino; en resumen, la disyuntiva entre el deber, el placer y la necesidad de ejercer el juicio crítico.

El cuento le enseña al niño a vencer las dificultades y a los errores aprendiendo de la experiencia, creciendo y madurando; porque en verdad después de leer y releer el cuento, nadie imagina a Caperucita roja cometiendo el mismo error.

 


1 Bruno Bettelheim, Psicoanálisis de los cuentos de hadas , Editorial Grijalbo, México, 1988, p.15.

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