La codependencia es un problema que día a día viven cientos de miles de personas. Ésta se puede dar entre cónyuges, en relación a un hermano, un hijo, un padre, una madre, etcétera.

Es una situación en la se está unido a alguien que se ama, incluso se considera “bueno”; pero que nos inflige un enorme daño emocional y al que no abandonamos porque no nos atrevemos a dejarlo. Se ha establecido una relación de dependencia de esta persona, así como ella es dependiente del alcohol o una droga.

Los motivos por los que se sostiene esta perpetua angustia son de diferente orden:

  • Económico: muchas mujeres no quieren o no pueden enfrentarse a un trabajo o no desean bajar su nivel de vida.
  • Social: importa mucho la opinión de padres, amistades y medio social, cuando ésta es adversa a una separación.
  • Jurídico: se ignora los pasos que se tienen que seguir y asusta la idea involucrarse en un asunto legal.
  • Familiar: no se quiere lastimar a los hijos (aunque está situación también es perjudicial para ellos).
  • Psicológico: el más sutil, intenso y paralizante de todos.

¿Qué sucede con la psicología de una persona que es codependiente de otra que tiene un problema de alcoholismo o drogadición?

 En el fondo de la personalidad codependiente existe una tendencia a la repetición. Por increíble que parezca, los humanos repiten conductas que aprendieron; y aunque racionalmente estén en contra de ellas, las repiten porque no las han podido superar.

Son aprendizajes que fueron “introyectados”: como si los hubieran tragado y convertido en su esencia, por eso es muy difícil de erradicarlos. Se requiere, en primer lugar, reconocerlos así como la situación vivida en la infancia; identificar las conductas aprendidas que se están repitiendo, hacer una reflexión seria, buscar apoyo de tipo profesional y el valor para enfrentar los sentimientos que están relacionados con estas conductas .

La codependencia se da en una persona que tiene un desarrollo inmaduro, que nunca logró sentirse autónomo ni ser independiente del ambiente familiar. No se hereda, pero si se aprende; son situaciones que buscan inconscientemente porque son conocidas y las necesitan al serles familiares.

Es una necesidad emocional, social e incluso física, que muchas veces se convierte en una especie de droga el hecho de permanecer con el otro. En el fondo intentan conseguir el amor y la aceptación de esa persona adicta; pero no es un acto de amor auténtico, sino de dependencia que establece patrones destructivos.

La codependencia afecta a muchas personas: los primeros son los hijos, que viven situaciones enfermas y aprenden a su vez estos patrones de conducta poco sanos. De esta forma se prolonga el problema de generación en generación, hasta que alguien —al darse cuenta de la situación— se arma de valor, se decide a cambiar y buscar nuevas formas de relación.

 

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