La leche de vaca como alergénico
Las proteínas de la leche materna tienen un tamaño ideal.
Las de otras leches serían mayores, y eso puede ser fuente de
problemas. Si el bebé absorbe esas proteínas de gran tamaño —lo
cual es relativamente sencillo durante la lactancia— su organismo detecta
esas proteínas como extrañas y reacciona inmunológicamente;
dicho de otra manera, desarrolla una alergia que luego le impedirá,
cuando sea mayor, y efectivamente requiera de una mayor variedad de alimentos,
consumir leche de vaca.
Por otro lado, vale la pena mencionar que el calostro es importantísimo
en los primeros días de vida del recién nacido: esa “primera
leche” contiene cantidades muy importantes de anticuerpos que ayudarán
a proteger de posibles infecciones a la criatura. Cuando ese calostro
se transforma finalmente en leche disminuye la cantidad de anticuerpos,
pero los que contiene ayudan a ejercer una protección local a
través del aparato digestivo, con lo que se reduciría la
incidencia de diarreas infecciosas.
Lo que los expertos1 recomiendan:
Alimentar al bebé con el pecho
siempre que esto sea posible.
¿Le interesa conocer más sobre el tema?
Hay un grupo de mujeres —organizadas internacionalmente— que desde hace
décadas luchan por reivindicar la importancia de la alimentación
natural. Han desarrollado un importante trabajo informativo, formativo,
de investigación y divulgación. A este grupo se le conoce
como “La liga de la leche”.