Puede ser
que no tengas especial afición por la jardinería,
pero en cambio te enloquecen los ricos sabores de la comida.
No siempre hay epazote fresco en el refrigerador. Con frecuencia
tenemos mucho cuando no es necesario y poco al pretender preparar
una suculenta quesadilla.
Pues bien,
una forma de conservar el epazote es secándolo. El procedimiento
es muy sencillo y las hojas pueden ser conservadas durante meses
y meses sin que pierdan su sabor.
Si
tienes un manojo y no lo vas a usar durante los próximos
días, deberás lavarlo con agua corriente y desinfectarlo.
A continuación, tomando las ramas del extremo donde se
encuentra la raíz, sacude con fuerza suficiente para eliminar
el exceso de agua. Empleando un cordoncito, un hilo de cáñamo
o un cabo de rafia, sujeta el manojo por la base y cuélgalo
en algún lugar ventilado y de preferencia donde dé
el sol. Un tendedero, el quicio de la ventana o un clavo en la
pared pueden ser útiles.
En un par
de días soleados estarán secas las hojas, los tallos
pueden tardar un poco más, hasta una semana. Una vez que
todo el material está seco (condición indispensable
para que al guardarlo no se pudra) lo puedes mantener en una bolsa
de plástico o en un frasco. Tendrás epazote para
hacer frente a cualquier emergencia culinaria.
El epazote
ha sido ingrediente constante en la comida mexicana. Tan común,
que muchos alimentos parecen haber sido diseñados para
prepararse con esta planta. Todo tipo de hongos como champiñones,
setas y huitlacoche combinan a la perfección. Platillos
preparados a base de maíz como el pozole, la sopa de tortilla,
quesadillas y tamales también le reclaman compañía
y maridaje. Con los frijoles se impone ¿Flor de calabaza
y rajas podrían serlo sin ese sabor que ha conquistado
al mundo?