|
Interpretando las palabras de Lowen, un adulto es aquel que ha logrado
un equilibrio entre su mente, sus sensaciones y sentimientos y aceptándose
a sí mismo tal cual es, que los integra y actúa desde el
fondo de su ser biológico, pasando por su pensamiento y su palabra
y sobre todo actúa conforme a su propias convicciones. |
|
|
Pero es tal vez Carl
Rogers, 3 quien más
se ha preocupado por dar una definición del ser humano que ha
alcanzado un desarrollo adulto y que funciona óptimamente y la
define como: “Es una persona más abierta a todos los elementos
de su experiencia orgánica, es decir que desarrolla confianza
en su propio organismo como instrumento de vida sensible y acepta pautas
internas de evaluación. Aprende a vivir en su vida como quien
participa de un proceso dinámico y fluyente, donde el transcurso
de la experiencia continuamente le permite descubrir nuevos aspectos
de sí mismo. Estos son algunos elementos implícitos en
el proceso de llegar a ser una persona.”
|
|
Estas consideraciones
son la visión que los autores tienen de la persona adulta, pero
cada uno puede emitir su propia definición con sus palabras:
es importante recordar, como padres o maestros, que esa definición
debe estar respaldada por las obras, que son las que los niños
observan e imitan.
Tal vez una buena definición
es aquella que dice que adulto es el ser humano que ha aprendido a vivir
como un hombre o mujer completo, pero inacabado; que busca continuamente
su inalcanzable plenitud; que es un ser abierto, no determinado en una
sola dirección.
Me gustaría terminar
esta reflexión sobre ¿quién es un adulto?, con un
autor que existencial e incansablemente buscó su propia definición,
Miguel de Unamuno, que tratando de definir a un hombre íntegro
dijo “Es alguien que tiene fe en sí mismo, por eso no necesita
que los demás crean en él”. |
|
|
3
Rogers, Carl, (1961): El proceso de convertirse en persona, Editorial
Paidós, Buenos Aires, Argentina, p116. |
|
|