Ramón Cordero G. Una historia de desmemoria ¿Y qué
tal si el día de hoy hubiese olvidado el reloj, sobre la mesita
en que siempre lo pone por las noches junto con las llaves, la cartera
y demás cosas que lleva siempre para salir de casa? Además
del fastidio que sentiría al intentar saber la hora, seguro que
sería un detalle sin trascendencia. |
||
Ah, pero que tal si unos días
después olvidara ponerse los zapatos antes de salir a la calle.
El detalle ya no sólo no sería simpático, sino que
tal vez llegaría a generarle cierta preocupación. Olvidos
de esos no son comunes ni agradables. Es posible que hubiera alarma si al salir a trabajar, de repente y sin motivo, olvidara hacia dónde se dirigía, para hacer qué y el lugar donde se encuentra su centro laboral; de igual forma, si por algunos minutos o varias horas no pudiese recordar el nombre de sus familiares más cercanos. La pérdida de la memoria de corto plazo, es uno de los primeros síntomas de una enfermedad llamada Alzheimer, que afecta principalmente a las personas de edad avanzada. Por desgracia los olvidos no quedan como única manifestación. Lenta pero consistentemente la enfermedad continuará avanzando. A esos episodios antes descritos, seguirán alteraciones bastante más graves y desconcertantes. Si fuera el caso padecer Alzheimer, con el paso del tiempo, pudiera ser no sólo que olvidara ponerse los zapatos, sino que, aunque le parecieran objetos familiares, a lo mejor no sabría para qué sirven. La gran desgracia de la enfermedad, es que va borrando nuestra mente y por tanto, sería equivalente a que nuestra personalidad, historia y referentes, fuesen también desapareciendo. En este olvido profundo perderíamos afectos, hábitos y hasta a nosotros mismos. Imagine usted lo que significaría olvidar escribir, el significado de las palabras, quiénes somos, quiénes los que nos rodean, cómo se habla. Nuestra mente se iría extinguiendo como lo hace la luz de una vela que se ha consumido por completo. Dramático para el que
padece la enfermedad, porque en los momentos de lucidez de los primeros
periodos, es capaz de darse cuenta del avance progresivo. Puede saber
lo que le ocurrirá en más o en menos tiempo. Igualmente
trágico para los familiares, ya que irán perdiendo a la
persona amada, aunque su cuerpo continúe presente. Un organismo
biológico que continúa funcionando, pero que deja de interactuar
afectiva e intelectualmente. |
||