.....Así
pues uno de los contrapesos posibles es el conocimiento de los productos
que consumimos. Saber qué son, cuál es su valor nutrimental,
cuál es la relación entre costo y contenido de nutrientes.
Conocer más para seleccionar mejor. Justo es reconocer que fue
un gran logro cuando se hizo obligatorio incluir su lista de ingredientes
en todos los productos industrializados para la alimentación
de las personas.
.....Buena
medida, pero incompleta. Bastaba con que el lote de una tonelada de
pasta para sopa, contuviera un solo y único huevo, como para
que el fabricante tuviera derecho a poner en grandes letras "ELABORADA
CON HUEVO".
.....Más
tarde se vio la necesidad de que, además de los ingredientes,
se hablara de lo nutritivo o no que fuera un producto. Así se
forzó la impresión de una pequeña tabla en los
empaques donde se anotan los nutrientes contenidos. Mejor, pero todavía
con problemas, ya que la inmensa mayoría de las personas no conoce
cuál es su significado o la importancia que tiene. Nada más
por dar un ejemplo: si en la etiqueta dice que el contenido es de 0.89
gramos de sodio por ración, ¿eso qué significa?
¿Es bueno o es malo? ¿Es mucho o es poco? ¿Para
qué sirve el dichoso sodio?
.....Para
ir entendiendo de qué se trata todo esto, lo primero es desentrañar
el misterio de la información. Tan fácil o tan difícil
como descifrar los códigos secretos de alguna agencia de espionaje.
Lo primero que se menciona es el tamaño de la porción.
Esto quiere decir que los nutrientes anotados se calcularon, no para
todo el paquete, bote o envase, sino para lo que se supone es una ración
común y corriente. Si es leche, pues corresponde aproximadamente
a un vaso, unos 240 mililitros. En galletas pueden ser cinco de ellas
lo que correspondería -según el tipo de galleta- a unos
30 gramos. Si se da a la tarea de revisar las etiquetas de los productos
que tenga en su alacena, podrá encontrar que hay una lógica
y se irá familiarizando rápidamente con este concepto.
Un avance importante.
.....El
segundo dato, por lo general, corresponde a las calorías. Esto
no es otra cosa que la energía que puede proporcionar el producto.
Por lo general, los productos con alto contenido de grasa, los que "engordan",
son los que tienen la cantidad más alta de lo que anotan como:
contenido energético. ¡Ah! Un aspecto importante es que
la energía se mide en calorías, pero cuando son muchas,
se usan equivalentes que simplifican la cantidad de ceros, pero que
complican la interpretación. Por ejemplo: un millón de
calorías equivale a mil kilocalorías (kcal), o a una sola
megacaloría (mcal). Queda claro entonces que no es lo mismo comerse
un pastelillo que tiene 3 megacalorías, que uno que contenga
600 kilocalorías.
.....3'
000 000 de calorías, es más que 600 000 calorías.
Demasiadas de cualquier forma, pero hay diferencias.
.....¿Para
qué sirve entonces entender el sistema de equivalencias de la
energía, y cómo saber si son muchas o pocas? Bueno, pues
para comparar. Si el atún en agua tiene 71.8 kilocalorías
por cada 100 gramos, y los chocolates 526 kilocalorías en los
mismos 100 gramos, pues esto quiere decir que el potencial del chocolate
para ayudarnos a juntar kilogramos, es de siete veces más que
cuando comemos atún. Aquí la habilidad que necesitamos
es mayor, ya que si los tamaños de las raciones son diferentes
puede ser muy engañoso. Por eso es necesario fijarnos. Puede
repetir el mismo ejercicio de comparar las etiquetas de los productos
que tenga en casa.
.....De
hecho, muchas fábricas hacen pequeñas trampas con algunos
alimentos para ocultar su altísimo contenido de calorías.
En algunos ni siquiera se pone, con el pretexto de que son golosinas
y no alimentos. En otros casos, la dividen en saturada e insaturada,
pero la suma da el gran total.