Características

El autor de esta teoría afirma que las aptitudes musicales surgen desde que somos muy pequeños, tal vez antes que las aptitudes del resto de las inteligencias. Desde el inicio de su vida los niños sienten el impulso por la música y ellos mismos la hacen con los primeros balbuceos, golpeando, manoteando y llevando el ritmo, incluso en niños con hipoacusia se observa el impulso potencial por la música a través de la vibración que el sonido produce.

Desde la antigüedad los griegos consideraban el cultivo de la música como una parte muy importante de la educación; sin embargo, en muchos planes escolares es una de las primeras materias acotadas para dedicarle más tiempo al lenguaje verbal y las matemáticas, lo cual resulta paradójico, pues precisamente la música es un gran recurso para apoyar el desarrollo de esas materias.

Es deseable que niños y jóvenes tengan la oportunidad de introducirse en el manejo de algún instrumento, recibir clases de apreciación musical y actividades donde intervengan el canto, el baile y la asistencia a conciertos que deben formar parte integral de la educación.

Afortunadamente, muchos niños y adultos disfrutan con el ritmo y la melodía y escuchan música por placer: esta afición se observa incluso en personas que no han tenido oportunidades educativas al respecto.

Hay una amplia gama de habilidades musicales y un niño puede tener unas u otras, por ello es imposible determinar la inteligencia musical mediante un listado que contemple solamente algunas dimensiones de esta compleja inteligencia. Sin embargo, a continuación se mencionan características que pueden ayudar a identificar a un niño o adulto con este tipo de capacidad musical:

 

Escucha y demuestra interés por una variedad de sonidos que incluyen la voz humana, los sonidos ambientales y la música, y es capaz de organizar, imitar o recrear tales sonidos.

Disfruta y busca ocasiones para escuchar música o sonidos ambientales en el ámbito de aprendizaje.


Muestra disposición por explorar y aprender de la música y de los medios.


Responde a la música:


Cinestésicamente : imitando la dirección, ejecución, creación de movimientos expresivos, el baile y la danza.

Emocionalmente : interpretando y sintiendo los ritmos y tiempos de la música.


Intelectualmente : mediante el debate y el análisis.


  Estéticamente : mediante la evaluación y exploración del contenido y significado de la música.


Reconoce y expone las características de diferentes estilos y géneros musicales y variaciones culturales. Demuestra interés por el papel actual y futuro que desempeña la música en la vida humana.

Recopila música e información acerca de ella en diversos formatos, tanto grabados como impresos, y posiblemente colecciona partituras y ejecuta instrumentos musicales, incluidos los sintetizadores.

Desarrolla habilidad para cantar y/o ejecutar un instrumento, solo o en compañía de otras personas.


Emplea el vocabulario musical y las notaciones musicales.


Desarrolla un marco de referencia personal para escuchar música.


Disfruta improvisando y ejecutando sonidos y dada una frase musical, puede escucharla y darle sentido.


Ofrece su propia interpretación del mensaje que un compositor comunica por medio de la música. Puede también analizar y criticar selecciones musicales.

Expresa interés por carreras relacionadas con la música, tales como: cantante, instrumentalista, ingeniero de sonido, productor, crítico, docente de la materia o director de orquesta.

Puede crear composiciones y/o instrumentos musicales originales.


El cultivo de este tipo de inteligencia representa un fértil campo de posibilidades estéticas y placenteras, pues el gozo de escuchar la música está generalizado en todas las culturas y los gustos y aficiones son inconmensurables.

Aunque no se sea un experto, el estudio y profundización de los elementos que la componen cultivan el gusto y las formas estéticas de quienes escuchan música, ya sea popular o clásica.

 

 

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