Sugerencia de actividades

El disfrute de la música es una capacidad inherente a todas las personas y merece ser desarrollada, aunque no estén totalmente definidas todas las habilidades propias de un músico.

La música desempeña un papel importante en cualquier ámbito educativo, ya sea éste el hogar o la escuela, ya que la música de fondo suave para acompañar tanto a los adultos como a niños y jóvenes mientras trabajan, juegan o hacen sus tareas les brinda un clima agradable, distendido, concentra la atención y eleva los niveles de energía.

Es importante proporcionar la oportunidad a todos los niños de que escuchen, canten y bailen las canciones propias de su folklore y el de otros países.

Aprovechar el interés que muestren en determinada música, posiblemente de moda e irles presentando melodías y partes muy aceptadas de obras de autores clásicos, sin forzarlos pero estimulándolos a escucharlas.

Conocer el contexto sociocultural en el que vivieron los compositores y pasajes de su vida y de las circunstancias como realizaron la obra, es un buen preámbulo antes de escuchar sus composiciones, logra que vayan aprendiendo a escuchar activamente y a concentrarse en la música, aunque sea por breves momentos, que pueden ir aumentando si los chicos van interesándose en la composición musical.

Algunas preguntas que se pueden hacer para ir interesando a los niños y jóvenes en la apreciación musical son:

¿Qué sentimientos te evocó esta música?

¿En qué te hizo pensar? ¿Sugirió colores, imágenes, escenas?

¿Qué instrumentos o voces escuchaste?

¿Qué parte de la obra te gustó más y por qué?

¿En qué situación o escena de película o programa televisivo la utilizarías?

¿Cómo la bailarías?

¿Le cambiarías algo?

 

Si la ciudad donde se vive ofrece actividades culturales, es conveniente asistir a conciertos, ya sea de música clásica o popular, llevar a niños y jóvenes para que aprecien la música en vivo. No es necesario que permanezcan el concierto completo, sino que en alguna de las pausas —si los pequeños ya están cansados— es mejor salirse que forzarlos: se trata de irles creando un gusto, un placer por escuchar música.

La música y las actividades escolares pueden ser muy buena combinación: ayuda mucho a la concentración del niño escuchar cierto tipo de música mientras hace sus trabajos, ya que lo ayuda a calmarse.

Es una actividad interesante e incluso relajante poner música, de preferencia clásica, y darle al niño papel y lápices de colores y sugerirle que “dibuje” la música ; es decir que al compás y ritmo de ésta raye o haga trazos de colores según sus sensaciones y sentimientos inspirados por lo que escucha.

Muchos de los trabajos de la escuela, independientemente del tema, pueden ir ilustrados con una música de fondo que los niños podrán elegir, ya sea porque les gusta o porque consideran que es la adecuada al tema.

La música como inspiración creativa . Puede pedirse al niño o joven que cree un poema o un cuento y busque la música que lo acompañe, o al contrario: poner una música o varias de ellas y pedirle que realice un poema o cuento con lo que le comunicó ese trozo musical.

El ritmo de la música es un gran acompañante de ejercicios aeróbicos o gimnasia, ayuda a la coordinación, regula la velocidad e incluso divierte y ofrece gozo por el movimiento armónico.

Siempre que sea posible deberá procurarse que el niño cultive actividades musicales, como aprender un instrumento musical o participar en coros y bailables, o bien dentro de situaciones relacionadas con la música. Aunque no lo vaya a hacer profesionalmente, son habilidades que lo acompañarán siempre y le proporcionarán grandes momentos placenteros.

De esta manera es posible apoyar, enriquecer y expandir el desarrollo del pensamiento musical y la creatividad musicales mediante este tipo de inteligencia.

 

 

 

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