La
industria alimentaria es un gran negocio y la lactancia artificial constituye
uno de sus objetivos. Piense usted en la cantidad de dinero que representa
en términos de utilidades. Piense en las industrias asociadas,
como son las fábricas de accesorios para complementar esa práctica
(mamilas, biberones, bolsas desechables, escobetas y cepillos, hervidores,
medicamentos para inhibir la producción de leche, etcétera).
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La
presión llegó a ser tan fuerte, que incluso organismos
del sector salud como el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto
de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado, por
muchos años, hicieron la distribución gratuita de leches
maternizadas para sus derechohabientes. Esto generó enormes gastos,
hechos con la mejor intención; pero desafortunadamente para resolver
un problema que no existía y que desestimulaba la práctica
del amamantamiento con todos sus beneficios secundarios asociados. Desde
hace algunos años las cosas han cambiado y ahora, en esas mismas
instituciones, se promueve de todas las formas posibles la alimentación
con el pecho.
LA
LIGA DE LA LECHE
Existe una organización que desde 1956 se dio a la tarea de contrarrestar
la moda de la lactancia artificial y desde entonces ha realizado la
labor titánica de promover y apoyar la alimentación con
el pecho. Se trata de una ONG (organización no gubernamental)
conocida como la Liga Internacional de la Leche, que llegó a
México desde 1972. Sus integrantes, convencidos de los beneficios
que aporta la lactancia natural a la madre y al bebé, proporcionan
servicios de información y asesoría: cuentan con grupos
de apoyo en diferentes Estados del país localizables en su página
de Internet, además de proporcionar apoyo telefónico.
http://www.prairienet.org/llli/WebMexico.html
Para
los que ahora somos adultos es ya imposible cambiar la historia, en
cuanto a la forma en que fuimos criados. De nuestro coeficiente intelectual...
mejor ni averiguar. Lo que sí es posible, aprovechando los nuevos
conocimientos sobre el tema, es tratar de retomar como sociedad la vieja
pero insustituible práctica del amamantamiento de nuestros bebés.
Con suerte y llegamos a ser país con IQ de más de 110.
Nos
lo merecemos.