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Aunque
es muy cómodo no cargar dinero en efectivo, las modalidades
de secuestros exprés y los cajeros “truqueados”
se encuentran a la orden del día.
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Existen
muchas cuotas adicionales que aparecen en el estado de cuenta descontando
una considerable cantidad de dinero. Si no se es muy organizado, se
pueden tener dificultades económicas cuando se pierde la cuenta
de cuánto se ha gastado cada mes.
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Lo más
peligroso de las tarjetas de crédito es que pueden llegar a
ser una versión en plástico de las antiguas tiendas
de raya. Una tarjeta de crédito le da la oportunidad de hacer
compras compulsivas y quedar atrapado en un círculo vicioso.
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