En muchos mercados de nuestro país todavía se utiliza el trueque; podemos ver cómo se intercambian animales, cereales y otros productos. Sin embargo, cada vez es menor el número de personas que, ya sea por gusto o por necesidad, no tiene una tarjeta de crédito o débito.

Alrededor del también conocido como “dinero de plástico” han girado un sinfín de estafas en cajeros o establecimientos, que van desde la sutileza de los robos de alta tecnología, hasta el atraco a mano armada y los secuestros rápidos.

No hay casi nada que no pueda adquirirse con las tarjetas de crédito e incluso han sido motivo de historias increíbles. Una de estas historias surgió gracias a la propagación de la Tarjeta de Platino American Express en los años ochenta.

El rumor era la creación de la tarjeta de crédito más “exclusiva de todas”. La llamada “Tarjeta Negra”, a la que jamás se hacía publicidad y que era privilegio de multimillonarios.

Entre las ventajas que supuestamente permitían a sus poseedores, se encontraba la de poder exigir que cerraran al público las tiendas más exclusivas, para que ellos pudieran realizar sus compras en privado, sacando del establecimiento a los demás compradores.

Algunas de las prestaciones realmente absurdas que se podían “disfrutar”, era la de poder solicitar un helicóptero en medio del Sahara. El imaginario colectivo fue haciendo cada vez más grande la bola de nieve y la “Tarjeta Negra” se volvió una especie de asistencia de agentes secretos y hombres poderosos.

American Express negó firmemente la existencia de la “Tarjeta Negra”, pero la permanencia de la invención nos revela la importancia social que para numerosos estadounidenses tiene esta forma de pago.

La locura por el dinero de plástico, llegó al record Guinnesss. Walter Cavanagh, cuenta con1381 tarjetas de crédito en una billetera que se mandó hacer ex profeso, y que tiene 76 metros de largo.

 
 
 

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