Ramón Cordero G.

Introducción


Leer con los ojos resulta imposible para una persona que no puede ver. Igual nos sucedería a nosotros si entre las letras y nuestros ojos, hubiera un muro de separación.

.....La tinta o la luz de una pantalla no tienen un volumen perceptible, como para que la persona sin vista pueda apreciar las siluetas de las letras usando las yemas de sus dedos.

.....De hecho, aunque la tinta hiciera bulto, si la escritura es pequeña, sería difícil percibir los detalles a pesar de que el sentido del tacto se halla desarrollado un poco más que en las personas videntes. Habría también una dificultad adicional con la letra manuscrita que es muy variable o con los muy variados tipos de letra existentes.

.....Desde principios del siglo XIX se inventó un sistema de escritura para que, a pesar de la ceguera, las personas puedan leer. El método lleva el apellido de su creador, Louis Braille.

.....Lo interesante y trascendente es que, como todos los buenos inventos, es tan sencillo como práctico. A Braille se le ocurrió que los símbolos que representaban cada letra tenían que ser fácilmente identificados con el sentido del tacto. ¿Qué mejor que usar unas pequeñas protuberancias?

.....Así es: las personas con un problema de ceguera podían deslizar sus dedos sobre la superficie del papel e identificar los pequeños bultos que, de acuerdo con su acomodo, representaran una letra distinta.

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