¿Los tratamos
como desechos radioactivos? ¿Los ocultamos? ¿Les dejamos
de proporcionar servicios médicos? ¿Los recluimos en instituciones?
Suena cruel; pero de alguna manera es lo que, como sociedad, estamos
haciendo con los ancianos.
Más de una
vez habrá tenido la sensación de que una situación
le rebasa y pasa por encima de usted. Le da vueltas y vueltas en la
cabeza sin encontrar solución. Problema tan grande que, luego
de buscar y buscar, termina por no encontrar el final de la madeja.
Uno de esos problemas es el de los abuelos. Más que de los abuelos,
de la gente mayor en general.
Todo ha cambiado
mucho en los últimos años. El mundo ya no es lo que era
hace veinte años, y tampoco se parece a lo que imaginaron los
abuelos cuando aún eran jóvenes.