En
realidad, este crecimiento poblacional no tendría mayor problema
si hubiese lugar y espacio para todos; lo grave es que el crecimiento
de la población no va de la mano con el crecimiento económico
y particularmente con el empleo. Es elemental la respuesta cuando
nos preguntamos: ¿si hay menos empleos que personas que pudieran
ocuparlos, a quiénes se dará preferencia?
Cuando
hay que competir por el trabajo, quienes tienen mayor probabilidad
de conseguirlo son los jóvenes. Las razones son muchas: entre
otras, la vida laboral futura es más larga, tienen menos experiencia
y se les pueden pagar salarios más bajos, pueden cubrir jornadas
más largas, tienen menores probabilidades de faltar a trabajar
por problemas de salud, etcétera.
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Tasa
bruta de natalidad, de mortalidad general
por mil habitantes
y esperanza de vida en años al nacer,
1960, 1970, 1980, 1990 y 1995
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