¿Qué proponemos?

Lo que proponemos es de lo más sencillo: consiste simplemente en volver a diseñar la campaña. De cualquier manera los donativos que hacen las empresas son deducibles de impuestos, así que no implicaría mayores gastos adicionales.

Tal vez sería conveniente que las ayudas no estuvieran condicionadas a la anotación de goles, sino que se tuvieran programados los apoyos por cada partido. Desde luego que podrían seguir haciendo publicidad a su colaboración social: no sería nada vergonzoso que se anunciaran como el equipo que nutre a sus aficionados más pobres, o el equipo que apoya el aprovisionamiento de las escuelas de las zonas marginadas.

De hecho, si un equipo lograra identificarse con los pobres de nuestro país; si verdaderamente se comprometiera en esta tarea y la gente lo sintiera, con toda seguridad se convertiría en el equipo más popular y con mayor número de aficionados. ¿Qué directivo del futbol mexicano puede imaginar una porra de 50 millones de personas? ¿A poco no suena atractivo?


 

 

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