"Hago la caridad... pero quiero que se note".
Es curioso cómo en los últimos años, el mundo
de los negocios se ha dado a la tarea de participar en obras de beneficencia.
¡Corrección! A lo mejor las grandes empresas eran benefactoras
de la humanidad desde hace mucho tiempo, pero es hasta los últimos
años cuando lo anuncian con bombo y platillo.
Los
tiempos han cambiado y esa vieja máxima: "que tu mano
derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda", está francamente
fuera de moda. Ahora, lo moderno, lo "bonito", es adherirse
a la gallinácea máxima que afirma, "no basta con
poner el huevo, además hay que cacarearlo". Posiblemente
no sea de muy buen gusto, pero tiene su parte positiva. Y es que en
este afán de lograr caritativa notoriedad quizá algunos
negocios más se anoten para apoyar alguna buena causa, con
la fuerza que da una cartera repleta de billetes. Finalmente es ayuda,
aunque sea anunciada.