Primero reflexionemos
un poco acerca de lo que es un Palacio de Hierro. Un palacio evoca magnificencia,
tesoros y secretos. El palacio es la morada del rey, el refugio de las
riquezas, simboliza poder y fortuna.
Los palacios antiguamente
también eran producto y fuente de armonía material, individual
y social. Es el centro de atención para el lugar donde está
construido, para el rey que lo habita y para el pueblo que lo contempla.
¿Por qué
de hierro? Si a estos atributos agregamos el hecho de que este palacio
es de hierro, encontramos la modernidad insertada en una fusión
entre la magnificencia que podría corresponder a tiempos pasados,
y la comodidad y tecnología de los actuales.
Las mujeres que habitan
este almacén son "Totalmente Palacio". Mujeres "independientes"
y "liberales" que, en lugar de ir con el psicoanalista, curan
sus problemas comprando vestidos nuevos, comen con los ojos para guardar
la línea y se elevan a mundos psicodélicos cuando huelen
el olor "a nuevo".
Los comerciales de
esta campaña presentan una serie de expectativas que no corresponden
a la realidad de las mexicanas: es difícil imaginarse el país
completamente desierto y encontrar a todas las mujeres en un verdadero
"mar de lágrimas" abarrotando las zapaterías
en inevitables y masivos ataques de compras, porque "hay dos cosas
que una mujer no puede evitar: llorar y comprar zapatos".