El tabaco es una
de las drogas cuyo consumo es ampliamente aceptado socialmente, o al
menos tolerado. Es una droga menor en términos de sus efectos
sobre la conducta, ya que se la considera tan sólo como estimulante
que genera un placer moderado; una droga mayor si hablamos de sus efectos
sobre la salud y economía de las personas.
Para los usuarios del tabaco, darle “el golpe”, es aspirar
el humo hasta lo más profundo de los pulmones; justo ahí
donde las sustancias activas del tabaco se introducen a nuestro organismo
para provocar los cambios químicos y orgánicos que busca
el fumador o la fumadora.
Para la fábrica Philip Morris, la mayor de los Estados Unidos,
la expresión, “el golpe” ahora tendrá otro
significado. Rompiendo todas las marcas y todos los antecedentes en
materia legal, esta compañía acaba de perder un juicio
que, al menos para la firma, será como suele sugerir la propaganda
de cigarrillos: una experiencia inolvidable.