....Nada
es para siempre
Muy
recientemente las cosas cambiaron y parece que aún no nos hemos
percatado de las dimensiones de este cambio. Probablemente esto todavía
no pueda ser percibido con claridad en el medio rural o en las zonas
marginadas, pero en los centros urbanos es cada vez más difícil
pretender ignorarlo.
Mucha
de esta revolución aparentemente silenciosa, fue gestándose
junto con los movimientos feministas y su búsqueda de reivindicaciones
para la mujer. Básicamente la igualdad de derechos y oportunidades
para las personas de ambos sexos. El avance tecnológico, las
nuevas formas de organización social, las instituciones de
reciente aparición, pero sobre todo la conciencia de las mujeres
actuales y su búsqueda de respuestas para cuestionamientos
hechos tiempo atrás, hacen posible que ahora prácticamente
no exista actividad humana en la que no se puedan desempeñar
adecuadamente. Por supuesto que las propias diferencias impuestas
por la naturaleza mantienen cierta vigencia, pero en términos
generales sería difícil sostener que sólo el
hombre puede ser proveedor y sólo la mujer puede hacerse cargo
de lo doméstico.
....Los
anticonceptivos (y por tanto la posibilidad de regular la actividad
reproductiva), la aparición de guarderías (que liberan
tiempo antes dedicado al cuidado exclusivo de los hijos), las herramientas
(mecánicas y electrónicas) que dependen más de
la destreza que de la fuerza para ser operadas, las tiendas (donde
los alimentos son comprados y no cazados), los transportes (que acortan
tiempos y facilitan desplazamientos); son algunos ejemplos que nos
permiten ver cómo en los tiempos actuales el hecho de trabajar
fuera de casa y generar ingresos económicos ha dejado de ser
un asunto exclusivo del género masculino.
Los argumentos que antes justificaban las diferencias no operan más:
.
-
Yo trabajo...
-
Traigo dinero para la familia...
-
Me parto el lomo para ustedes...
-
Pero yo soy el hombre...
|
-Yo
también, y por lo general más: afuera y adentro
de la casa...
-
Igual yo. A veces menos, pero a veces más...
-
Nadie se parte el lomo: tú trabajas duro y yo también...
-
Yo la mujer, es un empate...
|
....La
otra gran empresa consistía en conseguir proteína animal
mediante la cacería. Evidentemente era más sencilla
la captura de especies pequeñas como conejos, aves y ratones
de campo; pero por el mismo tamaño de los clanes -tanto grupos
o colectividades unidas por lazos familiares de unos 15 a 20 miembros-
resultaba insuficiente. Por esta razón siempre estaban en la
mira especies de mayor tamaño como gacelas, búfalos,
mamuts, jabalíes, etcétera.
....Como
podrá suponerse, el hecho de pelear o cazar hacía más
que frecuentes las lesiones y fracturas que implicaban la muerte o
el abandono por parte del grupo. Así pues, por fuerza y tamaño
(características de dimorfismo sexual compartido con muchas
otras especies animales) el hombre se constituía en proveedor
de seguridad, defensa y alimentos de alta calidad biológica
para el grupo. Actualmente se sabe que los grupos primitivos que consumían
carne en mayor cantidad y/o frecuencia, tenían más posibilidades
de sobrevivir al conseguir tallas superiores y un desarrollo incrementado
de la masa encefálica (más fuerza y más capacidad
intelectual).