..Acaso habrá quien piense que, con los cambios, mucho se ha perdido. Contradictoriamente, en esta cuestión de género, cada vez que uno "gana" por sobre el otro, en realidad pierde. La ganancia aparente del control, los servicios, el sometimiento o la imposición, se pagan más tarde o más temprano -con frecuencia no tarda tanto- con distancia, rencor y desamor. Cambiar roles es traumático, pero supone también -si hay disposición e inteligencia- la oportunidad de lograr, con los hijos y con la pareja, vínculos afectivos de mucha mayor calidad.

Largo y difícil camino nos espera. Finalmente, los modelos aprendidos desde siempre nos ayudaron a subsistir. Hoy el reto es cambiar para conseguir equidad, respeto, reencuentros, y por qué no... hasta felicidad.

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