Los pequeños deben comprender que tener un hogar limpio y confortable no es obra de magia ni un milagro que las hadas realizan por las noches. Desde muy temprana edad e incluso cuando son capaces de caminar por sí mismos, deben aprender (aunque sea torpemente) a guardar sus juguetes.

....Es normal que a los bebés les guste tirar todos sus juguetes y regarlos por la casa o el cuarto donde juegan, es conveniente dejarlos; pero una vez que ya jugaron y tienen que ir a descansar, deberán guardarlos. Una buena fórmula es realizar esta tarea como si fuera un juego.

....No dejar el tiradero es una forma de convivencia y respeto. Un ambiente ordenado contribuye a darles mayor seguridad, aprenden que ellos son parte de éste y la certeza de que cada cosa tiene su lugar, les ayuda a estructurar su experiencia.

....Posteriormente, cuando el niño pasa a la escuela primaria ya sabe clasificar, ordenar y colocar las cosas en su lugar; además durante su desarrollo ha aprendido dónde se guardan las cosas, en qué lugar van los platos y los cubiertos, cuál es su cajón y cómo se cuelga la ropa en los ganchos. Así mismo, conoce el lugar exacto de sus juguetes y el orden en que deben ir éstos.

....En realidad, desde que los pequeños son capaces de comprender algunas indicaciones sencillas, es importante encomendarles alguna tarea como: "Pon aquí ese muñeco" o "Deja tu ropa sucia en la cesta", "Acompaña a mamá a guardar los cubiertos" o "Ayúdame a recoger el cuarto y a bajar la basura", etcétera.

....Desde luego, los niños son más concienzudos si saben que alguien va a revisar su trabajo; por eso es mejor irlos acostumbrando poco a poco. Incluso sólo pedir su ayuda para lo que la madre o el padre estén realizando. Posteriormente supervisar el trabajo y reforzarlo afectivamente con unas palabras de aliento harán más por mantener estas conductas, en vez de regañarlo constantemente.

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