Indigestión y cantidad de alimento

El proceso de la digestión inicia con el consumo de nuestros alimentos, que luego habrán de ser procesados en estómago e intestinos. Para ello participa una buena cantidad de enzimas que se encargan del desdoblamiento de nutrientes, a fin de romper enlaces químicos y se posibilite la absorción de elementos más simples.

Lo malo de ingerir grandes cantidades de alimento en un tiempo reducido es que interfiere un proceso que es complicado desde el punto de vista fisiológico, pero que puede ser realizado de forma rutinaria por cualquier organismo sano.

Por una parte, el volumen del contenido representaría un obstáculo físico al quedar repleto el interior de un órgano que, aunque relativamente elástico y flexible, encontrará serias dificultades como para mezclar y mover el alimento en proceso. Igual a lo que sucede al interior de una bolsa o mochila llena de bártulos, cuando introducimos una mano y efectuamos la búsqueda de algún pequeño objeto que por ahí debe de estar. Labor que se facilitaría si el receptáculo no estuviese saturado de cosas.

Además, es lógico pensar que si el contenido estomacal es abundante en exceso, se requerirá de una mayor concentración enzimática de la normal, so pena de retrasar el proceso. Si comimos en demasía, lo más probable es que las sustancias secretadas por las paredes —en forma de jugos, bilis y demás— se vean rebasadas en su capacidad de trabajo químico. Ésta es la razón por la que después de un buen atracón de carne, por ejemplo, horas después parece que el animal ha vuelto a la vida y continúa defendiéndose con denuedo en nuestro vientre.

Suena algo complejo, pero puede ser resumido a lo siguiente: al contrario de las serpientes (que tragan presas completas) o los lobos (que comen enormes trozos de una vez, ante la incertidumbre de cuándo volverán a cazar), nuestro aparato digestivo no está capacitado para procesar grandes cantidades de alimento y un exceso da por resultado una indigestión de importancia muy variable. Si además, para completar el cuadro, damos prioridad a la velocidad y sacrificando el masticado minucioso, las cosas se complican, ya que las grandes partículas serán más resistentes a la acción de los químicos orgánicos.